Editorial ABC
El Congreso, a las órdenes exclusivas de Sánchez
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La maniobra de Pedro Sánchez para mantener el Congreso abierto en enero, pese a ser un mes inhábil, con la doble excusa de constituir una comisión de investigación por el caso Kitchen y de acelerar el veto al Consejo General del Poder Judicial para la designación de nuevos magistrados en los Tribunales, huele a perversión de los mecanismos parlamentarios para sacar tajada. Salvo por puro oportunismo electoralista, es incomprensible que Sánchez prevea no informar al Parlamento sobre la pandemia ni someterse mínimamente al control de la oposición, y sin embargo sí tenga tantas prisas por maniatar a los jueces y por convertir el Congreso en una pasarela de antiguos cargos del PP que ya no pueden asumir responsabilidad política alguna. Desactivar al Congreso para no dar explicaciones y, a su vez, activarlo selectivamente como arma arrojadiza contra el PP cuando la lucha contra la pandemia y la vacunación deberían ser prioritarias vuelve a retratar el cinismo de este Gobierno.