Tribuna Abierta

Silenciosa soledad

Hemos decidido la construcción de una Red Regional Contra la Soledad No Deseada, ese virus invisible que carcome la alegría

Concepción Dancausa

Es difícil hablar de la soledad. Es un sentimiento, un estado, o ambas cosas. Todos los conceptos vacíos, como el cero, el silencio, la soledad, son complejos. La filosofía y el sentido común encuentran para el término soledad elogios y censuras según momento y circunstancia... y somos capaces de comprender ambas.

Solo. Curiosamente es un término que nadie pronuncia cuando preguntamos: ¿Cómo estás? La soledad vive en el silencio y queremos hacerla frente con la palabra, el conocimiento y la experiencia.

En estos dos últimos años, la política ha tenido que aprender a gestionar valores que nunca pensamos que formarían parte de lo administrable: los abrazos, los besos, la compañía y también la soledad.

Existe un amplio consenso social sobre la necesidad de que las instituciones públicas se ocupen de la soledad, pero es una de esas materias nuevas para la administración y, a día de hoy, no existe una estrategia nacional ni europea de lucha contra la soledad.

Creímos que el imperio digital, las redes sociales, la comunicación global e instantánea, la cuantificación de seguidores... abatiría la soledad, pero no es así. El acompañamiento se fija más en el cómo que en el qué. Es una cuestión de calidad y calidez, de respeto y escucha.

La soledad indeseada es una amenaza que progresa con la edad. Cuanto mayor se hace una persona, mayor es también la probabilidad de que esté sola. La pérdida del cónyuge, la marcha de los hijos, la muerte de amigos y familiares nos condena a la condición de supervivientes.

Casi invisibles, los mayores de 65 años representan más del 18% de la población (1,2 millones de personas) a los que únicamente se suele juzgar por un criterio exclusivamente economicista, por el coste de los recursos de los que hacen uso, como si la sociedad en la que vivimos no la hubiéramos heredado de ellos y de los que estuvieron antes.

Nuestras ciudades, la poesía, carreteras, jardines, la democracia, la música, la Victoria de Samotracia... no son obra de Dios sino de la humanidad, ese conjunto de criaturas que aprendimos a colaborar, a sentir el dolor ajeno y a ser empáticos y solidarios.

La Comunidad de Madrid quiere estar a la altura de este reto, por lo que se ha propuesto construir un espacio de trabajo desde el que, de la mano de otras entidades, instituciones y administraciones, se actúe de forma colaborativa para evitar las situaciones de soledad no deseada entre los mayores de la Región.

Soy consciente de que esta Consejería no puede enfrentar sola el importantísimo reto que esto supone. Por ese motivo, hemos decidido la construcción de una Red Regional Contra la Soledad No Deseada, ese virus invisible que carcome la alegría, la salud y devora la esperanza en el futuro dejándolo sin sentido. Necesitamos un plan de acción para que, se viva donde se viva, se viva como se viva, ningún madrileño se sienta solo.

Decía Orson Welles que «nacemos solos, vivimos solos y morimos solos», pues bien, si de verdad es así, ya es hora de solucionarlo.

concepción Dancausa

es consejera de Familia, Juventud y Política Social

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