Chile se suma al giro liberal en América

Con la impecable victoria electoral de Sebastián Piñera , Chile va a completar un periodo de dieciséis años en los que este empresario liberal y la socialdemócrata Michelle Bachellet se han alternado sucesivamente en la Presidencia. La conversación telefónica retransmitida a todo el país en la que la presidenta saliente y el entrante se saludaban con la mayor cortesía y se dirigían palabras de reconocimiento, antes de quedar para desayunar en casa de Piñera con motivo del traspaso de poderes, es toda una lección de elegancia democrática y de civismo que dice mucho y bueno de uno de los países más estables, prósperos y serios de América. Sin embargo, y a juzgar por los resultados, esta segunda victoria de Piñeira tiene algo de diferente, tanto en la tendencia en la política chilena como en la de toda la región. En el aspecto interno, Piñera ha ganado con bastantes más votos de lo que indicaban los resultados de la primera vuelta y ha derrotado claramente al aspirante oficialista, Alejandro Gullier , lo que quiere decir que la sociedad chilena ha apostado de forma decidida por una política de más dinamismo económico. En el exterior, la victoria de este empresario sigue la estela de Mauricio Macri , que cambió el rumbo populista y desquiciado de Argentina en 2015 y se alineó con Colombia y Perú, dos países cuya evolución habla por sí sola, frente a la catástrofe que supuso para todo el continente la deriva del chavismo venezolano.

Chile es un claro ejemplo de las ventajas que reporta a las sociedades maduras el respeto a la ley y las estructuras institucionales. Piñera tiene la experiencia de su primer mandato y el respaldo claro de los ciudadanos de un país que acentúa el giro hacia la moderación de buena parte del continente y la marginación de un chavismo cada vez más arrinconado.