Editorial ABC
El BCE certifica la gravedad de la crisis
El organismo que preside Mario Draghi se reserva más munición financiera para reanimar la economía continental y hacer frente a una recesión que ya asoma por el horizonte y que incluso apunta a Alemania
No por esperada, la decisión del Banco Central Europeo de rebajar los tipos de interés, que caen hasta el medio punto negativo, y de volver a adquirir deuda soberana -con un gasto previsto de 20.000 millones de euros mensuales a partir de noviembre- pone de manifiesto la magnitud de las amenazas económicas que se ciernen sobre la eurozona. El organismo que preside Mario Draghi se reserva más munición financiera para reanimar la economía continental y hacer frente a una recesión que ya asoma por el horizonte y que incluso apunta a Alemania. La guerra comercial que libra Estados Unidos con el gigante chino y las consecuencias del Brexit han frenado un crecimiento que se refleja en la inflación, consecuencia de la caída del consumo, y que ha obligado al BCE a intervenir. En este escenario, las medidas adoptadas ayer por el Banco Central contrastan con las políticas económicas que de forma irresponsable anuncia el Gobierno socialista para apuntalar la candidatura electoral de Pedro Sánchez: más gasto social, según el modelo que comparte con Podemos, en una reedición de las iniciativas con que Rodríguez Zapatero dilapidó el capital de España, hasta llevarla a la quiebra, hace ahora una década.
En la recta final del mandato de Draghi, los estímulos del Banco Central Europeo no solo representan una respuesta puntual a los frentes que tiene abiertos la economía de la eurozona, sino un aviso a los navegantes que reman en dirección contraria al nuevo ciclo económico. Las medidas de aliento del BCE son el reverso de las políticas que venden Ferraz y La Moncloa para tratar de camuflar la caída del crecimiento económico y la apertura de una etapa en la que el gasto público ha de estar orientado a la generación de actividad económica y empleo, no a comprar votos.