Caso Marismillas: antes no contestaba, ahora no sabe

Con un desahogo que causa estupefacción y pese a ser así requerido por el Consejo de Transparencia, La Moncloa sigue resistiéndose a informar del número de amigos a los que Sánchez invitó de veraneo en la casa-palacio de Las Marismillas en 2019, como acreditan los testimonios recabados en su día por ABC de personas que así lo constataron. Lo último es que el presidente del Gobierno «no sabe» si acogió en esa residencia del Estado a acompañantes privados más allá de la familia. Y la burla crece exponencialmente: primero la negativa se basaba en que era una cuestión de su «vida personal», luego en que era de «seguridad» y ahora, una vez que Transparencia ha ido desarmando tan débiles coartadas, resulta que Sánchez «no sabe» si invitó a sus amigos a cuenta del Estado. El asunto no es menor pues esta resistencia a aclararlo (el número de invitados y las fechas del convite, no sus identidades) hace pensar que sí pudo haber un abuso de poder y una utilización ilegítima de los recursos del Estado. Además, al ocultarlo, se ríe del organismo que vela por la transparencia en la administración y, de paso, de los españoles, que fueron los que pagaron aquel formidable verano en Doñana.