Perfil del aire
Carmen la totalitaria

No son anticlericales: son totalitarios. O totalitarias, como doña Carmen Calvo, a la que habría que tildar de anticlericala para que no se sulfure. Cuando fue consejera de Cultura de la Junta de Andalucía elegía cuidadosamente el modelito que lucía según la ocasión que se ... presentara. Los estampados iban a juego con el monumento o la sala de exposiciones donde se celebrara el evento. Ella siempre en primer plano ante la nube de fotógrafos. Detrás, una columna de Medina Azahar o un lienzo de Picasso. Carmencita la Primera. Dicen que hasta Velázquez se inspiró en ella para una de sus meninas… Y se llevó varios años leyendo a Rimbaud, o eso decía en todas las entrevistas cuando le preguntaban por sus preferencias lectoras. Ya no se puede ser musa rimbombante, oiga...
A doña Carmen Calvo le han sentado tan mal las palabras del nuncio Fratini que se ha sacado de la manga un guión de Los Soprano. Fiel a su trayectoria política, la que fuera consejera del gobierno de los ERE se ha sacado los argumentos totalitarios que le encantan a la izquierda cuando se pone estupenda y totalitaria. ¿O es que alguien en su sano juicio lector y librepensador cree a estas alturas de la película -o de las serie Los Soprano en versión monclovita- que el totalitarismo solo es de derechas?
Eso de amenazar al disidente con subirle los impuestos es digno de estudiarse en los foros leninistas y estalinistas que sí están permitidos en esta España donde se pretende enterrar el franquismo exhumando a Franco. Ojo con hablar bien del dictador, aunque sea para valorar los pantanos que nos quitan la sed. Quien ose decir algo bueno sobre aquel caudillo al que veneró una parte de España, que prepare la cartera. No tendrá bastante con dejarse la mitad de sus ingresos en las cuentas del Estado: hagan eso mismo, las cuentas, y verán que ahora, a mitad de año, es cuando estamos empezando a ganar el parné para nosotros, porque la otra mitad se la quedan los que nos exprimen con unos impuestos confiscatorios que convierten en culpable al que crea riqueza.
Que se preparen los que critiquen la exhumación del dictador que permanecía en el lugar que más coraje les da a los que se creen salvadores de la patria: en el cernudiano olvido. Que se atengan a las consecuencias si creen que esta exhumación es una forma de meter presión al electorado, como le reconoció el mismo Zapatero a Iñaki Gabilondo cuando los cogieron in fraganti con el micrófono abierto como una portañuela indiscreta. No solo están resucitando a Franco. También están haciendo lo propio con el Gran Hermano de Orwell. Solo hay una verdad, y la fabrican los inquisidores de la media memoria histórica en los laboratorios orwellianos de la corrección política. Así que ya pueden subirles los impuestos a la Iglesia para que Cáritas no pueda atender a los pobres, que dejarán de existir gracias al socialismo calvinista de doña Carmen. Muerto el perro, se acabó la rabia. Cerrados los comedores de las monjas, podremos decir que la pobreza ha muerto. Con voz de Arias Navarro. O de Toni Soprano, en plan amenazante.
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