Miradas sobre la epidemia
Una reflexión sobre el dolor de estos días
Produce sonrojo ver la voz trémula y la cara compungida con la que el presidente del Gobierno piden a la ciudadanía que aplacen sus quejas, lamentos, discrepancias y reproches
En estos días de terrible conmoción social, con España atacada por un virus desconocido en sus letales efectos, se está reiterando por parte del Gobierno y del PSOE, fundamentalmente, la frase que reclama unidad política ante la pandemia y que ya llegará el momento del debate, de la confrontación de ideas y de analizar que se hizo bien y que podía haberse evitado.
Enternece escuchar este argumentario. Produce sonrojo ver la voz trémula y la cara compungida con la que el Presidente del Gobierno y otros portavoces piden a la ciudadanía, comunidades autónomas, partidos políticos, que aplacen sus quejas, lamentos, discrepancias y reproches. Dicen. “Ya llegará el momento”. Enternecedor, insisto. Porque asi se manifiestan quienes en otras catástrofes, cataclismos, atentados, o intoxicaciones sanitarias de otro tiempo, echaron leña al fuego, buscaron culpables desde el minuto uno, no dieron opción a defender la respuesta al envite y alentaron el justificado dolor de las víctimas, de los inocentes que habían muerto en un atentado terrorista, en un accidente de aviación, en una intoxicación alimentaria o en un virus de origen africano. Las he vivido todas y estoy seguro que los lectores de ABC las recuerdan con misma nitidez. La colza, la presa de Tous, el Yak 42, el Prestigie, el 11 M, el ébola, la guerra de Irak,el accidente del tren Alvia. En todas ellas, los socialistas encontraron y utilizaron el dolor que afectaba a toda la sociedad para apropiarse de él, encontrando justificación en que el gobierno no hubiera dado explicaciones o que a su juicio fueran insuficientes.
Y asi vimos como politizaron la intoxicación alimentaria de la colza que fue producto de la avaricia de unos tipos que envenenaron un aceite perfectamente legal y comestible como la colza, pero para el PSOE la culpa fue de que se importara dicho aceite, que no se hubiera detectado en la comercialización, provocando la condena política de un gobierno, la recusación de varios ministros, la imputación de altos cargos de la administración que a más de uno le causó un mal incurable. Por la rotura de la presa de Tous tuvo que declarar hasta el presidente del Gobierno. Leopoldo Clavo Sotelo. En el Yak 42 la culpa de que un piloto agotado intentara aterrizar por segunda vez en un aeropuerto turco, de madrugada, con una tormenta y después de varias horas de vuelo no fue del piloto que como todos los pasajeros falleció, sino del tipo de avión que para dicho transporte utilizaba el ejército del aire, poniendo en cuestión el material utilizado.
El error en la confusa repatriación de los restos fue imperdonable y muy doloroso,pero supongo de difícil solución y similar al de los fallecidos en otros accidentes de aviación, como el accidente del avión de Iberia en el Monte Oiz en Bilbao en 1985, en los que la identificación de los restos se hace imposible. Años después hicieron lo mismo con el legítimo dolor de las víctimas del atentado terrorista del 11 M, negando desde el minuto uno la equivocada imputación del gobierno a ETA para vincular las doscientas victimas con la simbólica participación de España en la guerra de Irak, no dejando margen de tiempo para que se averiguara la instigación políticay la autoríamaterial del atentado.¡Y qué decir del Prestige y del tren Alvia, cuya culpa no fue de la inclemencia marítima y la obstinación del capitán del barco, ni del exceso de velocidad del maquinista del tren, sino del gobierno de entonces, del director general de la marina mercante y del material ferroviario y ADIF!. Y si evoco lo del ébola, que sellevó la vida de dos misioneros admirables, es porque según Pedro Sánchez,su presencia en nuestras vidas se debíaa la negligente actuación del gobierno, exigiendo una inmediata comisión de investigación, como con acierto divulgan y recuerdan estos días las redes sociales. ¡Qué vigor culpando al gobierno de todo! ¡Qué falta de la solidaridad ante el conflicto y el dolor que ahora exige!
Y he leído estos días que muchos ciudadanos, sin duda hartos de esta conducta carroñera, se consuelan de que esta terrible pandemia, se haya producido con el PSOE y con el siempre –antes –indignado Pedro Sánchez en el gobierno, porque si hubiera sido con el PP, España estaría llena de manifestaciones denunciando la presencia de la mujeres del PP en una manifestación feminista cuando ya se conocían datos del estrago que estaba causando en los ciudadanos, de una exigencia de responsabilidades políticas inmediatas, de portavoces de lossindicatossanitarios de UGT y CCOO exigiendo soluciones y denunciado dia tras dia la penosa situación de loshospitales, la insalubridad y penuria de medios. Incluso el mundo del cine hubiera encontrado potente argumentario para su próxima edición de los premios Goya. Portavoces que exigirían a la administración y al gobierno que no nos mintiera, rebatiendo los datos oficiales, la apertura del Parlamento para poder celebrar plenos monográficos de control al gobierno y la inmediata medida de higiene democrática- que bien utilizan esa frase- para constituir una comisión de investigación con la que condenar políticamente a quienes durante horas, días y semanas se habían dedicado a tratar de evitar – como ellos aducen en estos tristes momentos - la propagación del virus, el contagio entre ciudadanos, la investigación de la posible vacuna. Afortunadamente semanas después de iniciarse el contagio no está Pedro Sanchez en la oposición para como la hiena meter su hocico en las entrañas de la res herida.