Editorial ABC
Una buena noticia para la España vaciada
Vivienda más barata, ambiente natural, menos presión en el temor al contagio y la aparición de las posibilidades del teletrabajo han creado un ambiente que podría animar a muchas familias a abandonar las grandes ciudades
D repente resulta que entre los efectos secundarios más inesperados de la pandemia podría estar la revalorización de la vida rural. Vivienda más barata, ambiente natural, menos presión en el temor al contagio y la aparición de las posibilidades del teletrabajo han creado un ambiente que podría animar a muchas familias a abandonar las grandes ciudades. La reapertura de muchas escuelas en algunas de las zonas más despobladas de España es un síntoma tremendamente alentador para la supervivencia de muchos de esos pueblos, que habían visto partir a tantos jóvenes año tras año, al mismo ritmo con el que desaparecían los niños de sus calles y sus campos. Las escuelas son el instrumento esencial para fijar la vida en los pueblos y en ello hay que saber que toda inversión es rentable. Ver a esas viejas calles ahora desiertas devueltas a la vida por la presencia de nuevas generaciones es un tesoro valiosísimo.
Por ello, esta tímida nueva tendencia que vuelve a poner la mirada en los pueblos debe ser apoyada por los poderes públicos que no han de dejar pasar esta oportunidad histórica para empezar a remediar uno de los principales problemas de nuestro país. La despoblación en grandes áreas del interior es un desafío inaplazable para un país como España, que no puede permitirse el lujo de despilfarrar todos los recursos que quedan abandonados, ni es razonable pensar que podemos construir un futuro basado en ciudades superpobladas. Un equilibrio sensato entre el campo y la vida urbana es necesario y si ha sido la pandemia lo que está favoreciendo un cambio en la percepción del problema, hay que darlo por bueno.