Un asunto personal
Pedro Sánchez desarrolla su proyecto personal y el primer sacrificado es el PSOE, que anda desaparecido en campaña
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Desde el 1 de junio no hay otro motivo. Pedro Sánchez desarrolla su proyecto personal. El primer sacrificado es el PSOE, que anda desaparecido en campaña. Ni siquiera Susana Díaz quiere saber nada del «sanchismo». El presidente del Gobierno ha hecho piel con el documento ... nacional de identidad de Pedro Sánchez. Con un decreto enmendó al Tribunal Supremo tras el caos de las hipotecas y con otro eludirá el rechazo del Congreso y el Senado a los Presupuestos. Cuando advierte de que el Gobierno «mantiene su hoja de ruta» para hacer «las cosas que demanda la ciudadanía» está eliminando los controles parlamentarios que en cualquier democracia son indispensables para diferenciarla de lo que no lo es.
En estas horas de confusión en el Reino Unido, e incluso de histerismo por el Brexit, los británicos, con su primera ministra a la cabeza, vuelven a demostrar que el centro de la vida política está en el Parlamento. Ningún jefe de Gobierno se atreve a tomar una decisión, por disparatada que sea, sin el respaldo de los representantes de la soberanía nacional. Sánchez gobernará decreto a decreto por su urgencia y necesidad personal de mantenerse al frente de un Gobierno en el que el ministro o la ministra que ha comprado su casa como la mayoría de los españoles, en primera persona y no a través de una sociedad instrumental, empieza a ser una excepción.
Sánchez vive al día y el resultado electoral de Andalucía pondrá el contador a cero otra vez. Nada de lo dicho hasta ahora tendrá validez. Las palabras son de usar y tirar. Las elecciones generales llegarán en el momento que más le convenga, según el olor que salga de la cocina de Tezanos en el CIS. La capacidad de aguante del presidente del Gobierno está fuera de duda tras resistir a los dos peores resultados de la historia del PSOE y a la defenestración a manos de sus propios compañeros que ahora callan, mientras Sánchez hace todo aquello que motivó que le echaran por una ventana de la Secretaría General socialista. Se trata de ganar un poco más de tiempo, no solo para pasar la Navidad bajo el árbol de La Moncloa, sino para esperar a que llegue el peor momento de los demás.
Podemos se ha hundido en el socavón madrileño que le ha hecho Carmena para satisfacción de Sánchez, y Vox es convenientemente alimentado para destruir lo que queda del PP, ya que a Casado la herencia recibida solo le deja una oportunidad. Entre medias navega Ciudadanos, a los que Sánchez ignora y desprecia mucho más de lo que parece, salvo que los necesite otra vez. El independentismo catalán hace cábalas con el socialista catalán Iceta de parte de Sánchez, y la derecha vasca de Urkullu amasa su propio pan para que siga el mismo Gobierno de «pitiminí» como dice De Prada. Siguiendo la doctrina Calvo, no se han visto en otra ni Pedro Sánchez ni el presidente del Gobierno. Sin duda, los asuntos personales hay que tomárselos muy en serio. Ya forma parte de su legado político.
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