Enfoque
No es un gasto superfluo
El histórico hospital Gómez Ulla

La última vez que entré en el Gómez Ulla fue para el recordatorio de las vacunas antes de viajar al Líbano. La visita anterior fue para vacunarnos de todo antes de empotrarnos en Malí.
Hace poco entrevisté a la teniente coronel jefe de la Unidad ... de Aeroevacuación del Ejército del Aire, los mismos que trajeron a los misioneros del ébola. (Por cierto, recuerdo al actual ministro de Consumo, Alberto Garzón, criticar aquel traslado para que murieran en casa). No se me borran de la memoria la teniente coronel médico a bordo del Juan Sebastián Elcano; ni la teniente legionaria del hospital alemán en Koulikoro o el quirófano paritorio de la fragata Navarra en mitad del Mediterráneo.
Ni aquel hospital Role 2 en Herat (Afganistán) donde el ginecólogo trataba a las mujeres sepultadas debajo de un burka. O la UCI del Juan Carlos I. Y el helicóptero medicalizado y artillado en Qal i Naw o el avión VIGMA despegando desde Sigonella y lanzando balsas de salvamento frente a Trípoli.
Se confirma que NO. Que no son un gasto superfluo. Se confirma que igual te evacúan a un herido desde la Ring Road en Afganistán, que se despliegan en Haití. Lo mismo desembarca la Bripac en Albania... que transforman el hangar de una fragata F 100 en una sala de urgencias para inmigrantes.
Igual instruyen o luchan contra Daesh que desinfectan una residencia de ancianos o llevan la bolsa de la compra a una señora en Gijón. Lo mismo te desembarcan en Indonesia que transforman el Gómez Ulla en un hospital general de la Defensa... de campaña.
PD: Cada día que pasa de confinamiento estoy más convencido de que saldremos mejor de como empezamos porque habremos aprendido a valorar a los importantes.
Y estos son los que visten bata blanca o pijama verde, uniformes verdes, caqui, azules o blanco, naranja y azul... de bomberos... o verde fluorescente de la limpieza, los del delantal, el mono del reponedor o la cajera del supermercado; el piloto, la azafata, el peto del transportista o del gasolinero. El hábito y el «clériman». Tras el drama vendrá su reconocimiento infinito. Como le dije esta mañana a mi guardia civil de cabecera: «Sargento, que no te quepa la menor duda, después de esto os querremos mucho más».
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