MIRADAS SOBRE LA EPIDEMIA
¿Cisnes Negros?
El profesor de Ética y Responsabilidad Corporativa escribe en ABC: «Ya no son los banqueros ni los financieros los malos de la película, ahora son los políticos, los tóxicos que con su negligencia y estupidez han creado este caos»
Mi admirado Nassim Nicholas Taleb escribió en su imprescindible libro « El Cisne Negro », que estos eran eventos extraños que producen un enorme impacto en nuestras vidas por la incapacidad para predecirlos. La ventaja de invocar un Cisne Negro es que exime de responsabilidad a los líderes que proclaman su existencia. Las medidas excepcionales que se adoptaron para salir de la crisis financiera de 2008 , se justificaron por la existencia de un Cisne Negro que hundió los mercados financieros y creo una crisis de confianza en las instituciones. Camuflados bajo sofisticados nombres como el TARP o quantitative easing, los bancos centrales y los gobiernos arrojaron desde sus respectivos helicópteros dinero a destajo para evitar una depresión consiguiendo reducirla a la categoría menor de gran recesión.
Produce sonrojo leer hoy al maestro Greenspan anunciando una era de estabilidad económica y financiera acuñada como la Gran Moderación rota solo por un acontecimiento imprevisto. Pero, ¿qué tenía esta situación de Cisne Negro? Poco o nada. La incompetencia, la inmoralidad y la irresponsabilidad del sector financiero alentado, arropado y auspicio por los reguladores y la autoridad monetaria fue el causante de un apalancamiento insostenible de la economía que condujo inexorablemente al estallido de la crisis financiera. El truco funcionó. Nadie asumió responsabilidades por sus acciones.
Ahora nos hablan de otro Cisne Negro. El Covid-19 nos ha llegado sin avisar . Absolutamente imprevisto, justifican muchos gobiernos. Nada se podía hacer, imploran. Con ignorancia invencible no hay responsabilidad, arguyen. Volvemos diez años después a un estado de excepción. Esta vez, ya no basta con imprimir dinero, además se suprimen y suspenden derechos y libertades fundamentales como la libre circulación o el derecho a trabajar y los gobiernos se arroban poderes absolutos para combatir el Cisne Negro. ¿Un Cisne Negro? Parece que algunos gobiernos si lo habían visto venir. Alemania, Corea del Sur, Singapur o Japón, tomaron medidas con antelación cuando se produjo el estallido en China el pasado diciembre . Los gobiernos de estos países no han necesitado convertir a sus ciudadanos en súbditos sometidos a un estado de excepción permanente, porque los médicos y enfermeros tienen protección, los hospitales no están desbordados, las UCIS no están saturadas, los enfermos tienen respiradores y los muertos no se amontonan. Los gobiernos inmorales, incompetentes e irresponsables son los que invocan al Cisne Negro para evadir su responsabilidad y justificar, al mismo tiempo, el ejercicio de poderes absolutos que amparan la adopción de medidas desesperadas.
No, señor Sánchez, no es un Cisne Negro, es incompetencia, inmoralidad e irresponsabilidad . Las empresas y los ciudadanos no necesitaban que el Estado les tutelara para sobrevivir, ni que se expropiase sus bienes ni que se nacionalizase la economía. Es su gobierno el causante de la dramática situación que se está viviendo en España. El truco del cisne negro funcionó en la crisis financiera. El lavado de responsabilidades individuales fue total. ¿Funcionará ahora? Ya no son los banqueros ni los financieros los malos de la película, ahora son los políticos, nuestros gobernantes, los tóxicos que con su negligencia y estupidez han creado este caos . La izquierda servil al gobierno se agarra desesperada a la teoría del evento impredecible. Con ello no solo pretenden blanquear a un gobierno condenado por la opinión pública sino, todavía más peligroso y preocupante, mantener el statu quo actual indefinidamente.
Tenemos que volver más pronto que tarde a nuestra actividad normal. No es una opción mantener el de facto estado de excepción en el vivimos por más tiempo. El dilema no puede ser ya entre salud y pobreza. Tanto el gobierno como las empresas y el resto de organizaciones tienen que encontrar fórmulas para volver a la normalidad reduciendo al mínimo el riesgo de contagio. Será una nueva economía y una nueva forma de vida a la que todos tendremos que adaptarnos. Porque la parálisis política, social y económica que propone la izquierda gubernamental es inaceptable. ¿Volverán a recurrir al Cisne Negro cuando el paro se dispare por encima del 25%?
* Alberto Moreno de Tejada es profesor de Ética y Responsabilidad Corporativa.
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