Cuando veo un pato
Ocurre que Moncloa puede mentir sin encomendarse a nadie y nosotros no podemos, ni queremos ni jamás lo haremos, comprometer a nuestras fuentes
Delcy Rodríguez habló con Pedro Sánchez desde Barajas para que no recibiera a Guaidó
![Agustín Pery: Cuando veo un pato](https://s2.abcstatics.com/media/opinion/2020/02/06/abalos-pato-opinion-kPsG--1248x698@abc.jpg)
Así, con contundencia y la prestancia que da desmentir desde Palacio y alrededores. Y a otra cosa, que no estamos para andarnos con minucias. El Gobierno, el de Ábalos y el de Iván Redondo, ha desmentido categóricamente la información de este diario sobre el encuentro que nunca existió en Barajas entre el ministro de Fomento y la vicepresidenta de Maduro. Vamos, que lo nuestro es «absolutamente falso». Ocurre que Moncloa puede mentir sin encomendarse a nadie y nosotros no podemos, ni queremos ni jamás lo haremos, comprometer a nuestras fuentes.
Sucede también que en este cuento del lobo a la inversa la querencia y cadencia con la que el Gobierno ha mentido cuando lo ha considerado oportuno lo inhabilita. No hay ni tiempo ni papel suficiente para enumerar los ejemplos desde la tesis y sus porcentajes de coincidencias (nótese el sarcasmo). Ni sin necesidad de acudir al archivo recordar las veces que el presidente ha empeñado su palabra para enmendarse en perpetuo, camaleónico e interesado movimiento. Va camino de convertirse en una pandemia, el número de contagiados crece de forma exponencial. El último, el ministro Ábalos. ¿A quién creemos? ¿Al del categórico WhatsApp («Qué va, me he visto con el ministro de Turismo venezolano, que además es amigo, en el Ministerio»)? Vale, pues no.
Sigamos. «He ido a Barajas a recoger al ministro pero no he subido al avión». Pues tampoco. Lo que ocurrió es que se dio de bruces en el avión con Delcy Rodríguez y en un acto heróico impidió que bajara, jugándose la misma vida y evitó así una crisis diplomática. Bueno, pelín exagerado y peliculero. ¿Quedamos entonces que Delcy aterrizó y se posó en la sala Vip del aeropuerto de Barajas pero, que quede categóricamente claro, eso no significa que estuviera en España? Charlaron. Brevemente. Controlado el vector espacio, el aeropuerto, nos faltaba el tiempo. Bueno, vale, fue un encontronazo de 25 minutos. Bah, tampoco es tanto, en cualquier caso mucho más del que dedica el presidente a atender a la prensa en determinados y espinosos asuntos. Por no alargarme. Cuando veo un pájaro que anda como un pato, nada como un pato y grazna como un pato, lo llamo pato. Categórico graznido, entonces.