El abrazo
Fue durante el receso a media mañana cuando Joaquim Torra y Oriol Junqueras se dieron un fuerte abrazo dentro de la sala del Supremo. No había cámaras, pero sí había periodistas y familiares. Esta vez Junqueras estuvo efusivo al dar tres o cuatro palmetazos cariñosos en la nuca del presidente de la Generalitat. Surge la pregunta de si se trataba de una escenificación o de un gesto sincero porque lo que estamos viendo en el juicio no es una estrategia concertada de las defensas sino un sálvese quien pueda. No cabe duda de que la pretendida unidad del independentismo ha quedado tocada por las declaraciones discordantes de los inculpados. En este sentido, Santi Vila se desmarcó claramente de sus compañeros de banquillo. Por eso, cabe sospechar que ese abrazo podría ser como el de Judas a Jesús en el huerto de los Olivos. Lo que no sabemos es quien traiciona a quien.