El triste liderazgo en sanitarios contagiados

CSIF, el sindicato con más representatividad en las administraciones públicas, ultima una querella contra el Ministerio de Sanidad por la calamitosa gestión que ha desarrollado en la crisis del Covid-19 que ha convertido a España en el país con mayor número de sanitarios infectados en todo el mundo. A día de ayer eran 43.956 profesionales del sector de la salud que han caído contagiados, un problema latente que el ministerio de Illa no ha sabido solventar en casi dos meses desde que Sánchez decretó el estado de alarma y asumió el mando en la compra de material. Hoy por hoy, casi el 80 por ciento de los nuevos contagios son de médicos o enfermeros. El desastre, y la negligencia, llegan a tal punto que en la provincia de Cádiz se han dado más casos de sanitarios contagiados que de ciudadanos ajenos al sector. A la ausencia de material de protección (mascarillas, gafas, guantes y batas) se unieron compras desastrosas, tanto por el sobreprecio pagado como por tratarse de material defectuoso que hubo de retirarse cuando en los hospitales advirtieron que no presentaba garantías ni homologación. Por no hablar del fracaso sin matices en la realización de test de detección a los profesionales, a los que incluso se les obligaba a trabajar sin haber completado el periodo de cuarentena. Caso aparte es el escándalo de los test que también hubo que devolver por tener muy baja fiabilidad, como reconocía hasta el prospecto. Con este panorama, es normal que los sindicatos reclamen responsabilidades administrativas y hasta penales. Se ha jugado con la salud de los profesionales, que eran vitales para evitar este horrible aluvión de muertos que ha espantado a la sociedad. De rebote, por tanto, se ha jugado con la salud de los enfermos. Ahora, el Gobierno anuncia que va a comenzar a realizar test en la atención primaria. Bien está. Pero siempre tarde.