Editorial ABC
Recuperar el turismo es esencial
Si los pronósticos no eran optimistas para que España continuase en la senda del crecimiento, ahora, con la clausura de la temporada turística, las expectativas son demoledoras
A estas alturas de crisis por el coronavirus, es un dato archiconocido que el turismo representa el 12 por ciento del PIB, y que de modo indirecto incide en más del 20 por ciento. Uno de cada cinco trabajadores en España, especialmente del sector servicios, depende del turismo mucho más que de la industria o de otros ámbitos productivos. No es solo un sector estratégico; es crucial para España. Y por desgracia, el cierre forzoso de fronteras, la anulación de un altísimo porcentaje de vuelos, la clausura de hoteles y centros turísticos de ocio, o la prohibición de desplazamientos a nivel nacional cuando ya se planificaba la temporada alta, han dado al traste con un año esencial para la recuperación económica tras un impasse de estancamiento. Si los pronósticos no eran optimistas para que España continuase en la senda del crecimiento, ahora, con el destrozo de la temporada turística, las expectativas son demoledoras. Por eso el Gobierno está obligado a liderar un discurso internacional para que España no sea el país más desfavorecido con el cerrojazo total de fronteras, y para que se habiliten corredores seguros para la llegada ordenada de turistas con todas las garantías sanitarias.
En este sentido, es una buena noticia que Italia mantenga contactos con España, Francia y Alemania para elaborar un protocolo conjunto que permita realizar vuelos «sin condiciones de cuarentena recíproca» en verano. Es una pena que no sea La Moncloa quien esté en condiciones de avanzar este anuncio o de liderar una iniciativa tan esperanzadora para el turismo, pero en cualquier caso no conviene que lleguemos tarde también a esta oportunidad. De momento, es desolador que fuera de España nos sigan penalizando las mentiras de Sánchez en la gestión del virus, y que la prensa internacional lo empiece a retratar como un mentiroso compulsivo capaz de utilizar a la OCDE como coartada para pervertir la cifra de tests practicados en España.
El Gobierno no debe tardar un minuto más en poner en marcha un ambicioso plan de recuperación turística que permita convertir en seguras algunas zonas determinantes, como las Islas Canarias y Baleares, enclaves preferidos del turismo alemán, británico o italiano. Cualquier cautela es poca, pero del mismo modo que Boris Johnson y Emmanuel Macron han alcanzado un acuerdo para facilitar el tránsito y la convivencia entre los ciudadanos del Reino Unido y Francia, España debe promover medidas convincentes y fiables para que el turismo pueda al menos salvar la temporada. Las cuarentenas, como el estado de alarma, no pueden ser eternas. No se trata solo de «aliviar» a los españoles con turnos de playa o terrazas veraniegas. Se trata de diseñar un proyecto de reestructuración turística que no castigue a España más de lo que ya la está castigando Sánchez.