Las municipales dejan muy tocado a Macron

La victoria en Le Havre de su primer ministro, Edouard Phillipe podría ser el único consuelo para el presidente francés, Emmanuel Macron, frente a la derrota generalizada de los candidatos de su partido en toda Francia en la segunda vuelta de las elecciones municipales. Incluso le podría facilitar la tarea de justificar un cambio a la cabeza del Gobierno, que sería la única respuesta política que le queda para tratar de recuperarse de este debacle sin paliativos en las urnas. El notorio desinterés de los franceses ante esta convocatoria electoral -la abstención ha batido récords históricos- podría atribuirse a las circunstancias excepcionales de la pandemia de Covid-19 pero también a la profunda decepción que se ha generalizado en los tres años que lleva de mandato Macron, alguien que llegó al poder presentándose como una alternativa a los partidos tradicionales pero que no ha sabido todavía convertir en hechos sus promesas de regeneración. Buena parte de ese descontento con la gestión de Macron ha beneficiado al centro-derecha tradicional, Los Republicanos (LR), que ha recuperado feudos históricos. La llegada al poder de Macron dio la impresión de haber pasado por encima de los conservadores como una apisonadora, pero estos resultados demuestran que LR tiene un prometedor futuro político a condición de que sean capaces de convertir ese avance en estas elecciones locales en la base de un liderazgo nacional fuerte que hoy por hoy no existe. Los socialistas, sin embargo, profundizan su descenso hacia la irrelevancia y ya han sido sustituidos claramente por los ecologistas, vencedores en muchas grandes ciudades, con una agenda que tiene más de radicalismo de izquierda que de verdadero interés en la conservación del medio ambiente.