Editorial ABC
Mucho mando y poco único
El resultado de la reunión que ayer mantuvo la ministra de Educación, Isabel Celaá, con los consejeros autonómicos, evidenció las dudas sobre el «mando único» que ejerce el Gobierno en la gestión de la pandemia del Covid-19
El resultado de la reunión que ayer mantuvo la ministra de Educación, Isabel Celaá, con los consejeros autonómicos, evidenció las dudas sobre el «mando único» que ejerce el Gobierno en la gestión de la pandemia del Covid-19. Al final, la conclusión fue que cada Comunidad Autónoma decida cuándo quiere reiniciar la educación infantil. Para este viaje no hacen falta las alforjas del estado de alarma, ni para otros similares en los que el Gobierno anuncia una cosa, incluso la publica en el BOE, y luego la deja sin efecto. O la enfrenta a las recomendaciones de la Unión Europea. En el caso de los niños de 0 a 6 años, el Ejecutivo quería que, ya en la Fase 2 de la «desescalada», volvieran a las aulas a finales de mayo, especialmente en los casos en que los padres tuvieran que reincorporarse a sus puestos de trabajo. La mayoría de los gobiernos autonómicos se negaron a secundar esta medida, por las incertidumbres que existen sobre la seguridad en los centros educativos. Tampoco despeja los temores el incremento de contagios entre niños desde que se autorizó su salida temporal acompañados por sus padres.
Más allá de la diferencia de criterio entre gobiernos, el dato relevante es que se produce en una situación de alarma que ha concentrado en el Ejecutivo de Pedro Sánchez poderes extraordinarios que no están siendo utilizados eficazmente para la reapertura de la vida social y económica. Sí para mandar mucho. La asignación del «mando único» al Gobierno y su delegación en cuatro de sus ministros se justificó para que cada Comunidad Autónoma no hiciera lo que quisiera. Llega el envite de la educación infantil y cada gobierno autonómico hará exactamente eso, lo que quiera, y la ministra de Educación se conformará con una comisión de seguimiento, que es lo que se suele acordar cuando no se acuerda nada eficaz. Y a esto lo llaman «mando único».