Eutanasia: confundir la vida con el bienestar

Legalizada desde hace dieciocho años en los Países Bajos, la eutanasia se ha normalizado entre quienes han antepuesto la calidad de vida a la propia existencia humana, cuya dignidad ligan de forma material al bienestar. El Gobierno planea ahora ampliar la base de candidatos a este suicido colectivo, hasta ahora reservado a enfermos, con la administración de una pastilla que cualquier anciano podría tomar para quitarse de en medio. Impuesta o asimilada de forma voluntaria, la cultura del descarte revela la hondura de crisis moral de una sociedad que ni siquiera acepta ya el deterioro físico y los achaques. El Estado les ayuda.