Cerco de Sánchez a la Corona

La última estaca del cerco que parece haber establecido el sanchismo sobre la Corona ha sido nombrar a una diputada del PSOE, María Llanos Castellanos, presidenta de Patrimonio Nacional, el organismo público responsable de los bienes de titularidad del Estado que proceden del legado de la Monarquía. Hablamos de diecinueve palacios, monasterios, conventos reales y edificaciones anexas, que constituyen la red de Reales Sitios, y que albergan más de 154.000 piezas histórico-artísticas que constituyen una parte esencial de la riqueza cultural española. Tradicionalmente, se ha ido designando a un diplomático para este puesto, seguramente para preservar el principio de neutralidad política. No obstante, el hasta hoy en el cargo, Alfredo Pérez de Armiñán, llegó al mismo después de haber sido director general de Bellas Artes o miembro del Patronato del Prado, un experto en la materia a administrar. María Llanos Castellanos es licenciada en Derecho y diputada socialista en la Asamblea de Madrid. Tan sorprendente e insólito nombramiento completa por el momento el extraño comportamiento de Sánchez respecto a la Corona, donde no han faltado gestos y estrategias en las que el líder socialista parecía ser el propio jefe del Estado: plantones, retrasos, viajes internacionales comprometidos, exclusión de reuniones de jefes de Estado, ir por libre en las rondas de consultas para designar candidato a la Presidencia, no acudir a La Zarzuela a comunicar a Don Felipe su Gobierno... No, no parece que fuera un error que Sánchez y su esposa se colocaran en aquel besamanos de los Reyes en el Palacio Real, que es donde precisamente tiene la sede Patrimonio Nacional, organismo que también controla el sanchismo desde hoy.