Editorial ABC
Un cegato opresor de algunas autonomías
Las reuniones dominicales que Pedro Sánchez mantiene con las comunidades autónomas durante el estado de alarma se han convertido en una letanía inservible y ociosa de promesas gubernamentales que el presidente siempre incumple
Las reuniones dominicales que Pedro Sánchez mantiene con las comunidades autónomas durante el estado de alarma se han convertido en una letanía inservible y ociosa de promesas gubernamentales que el presidente siempre incumple. Ayer, su desprecio político a Isabel Díaz Ayuso, presidenta madrileña, fue notorio: Sánchez no respondió a ni una sola de las seis preguntas directas que le formuló, siguió sin identificar a los «expertos» que le asesoran, no comunicó dónde se publican las condiciones de otras autonomías para poder acceder a la fase 1 del desconfinamiento, y no respondió a por qué la prensa supo antes que la comunidad madrileña que no pasaría de fase… Sánchez no solo está aprovechando el autoritarismo que le concede el estado de alarma para imponer restricciones a conveniencia propia, sino que está despreciando el estado autonómico castigando innecesariamente a Madrid sin dar una sola explicación técnica, sanitaria o jurídica que lo avale.
ABC publica hoy una encuesta de GAD3 en la que se concluye que la mayoría de los españoles creen que Sánchez ha impuesto criterios de favoritismo político, y no de objetividad sanitaria, para que las Comunidades puedan avanzar de fase en este desconfinamiento caprichoso al que nos está sometiendo. La mitad de los españoles consideran que Sánchez se está apoyando en criterios de exclusión política y no de riesgos médicos, y solo uno de cada tres ciudadanos cree que no es así. Por eso no son de extrañar las progresivas manifestaciones callejeras diarias contra Sánchez. Hay mucho de abusivo, y probablemente también de inconstitucional, en su política de imponer un mes más de alarma. Por eso, acallar cualquier réplica a ese abuso no solo es cegato: empieza a ser autocrático.