Editorial ABC
La UE ayuda, pero exige reformas y ajustes
Lo que Bruselas recomienda al Gobierno son recetas más que razonables: reforzar el sistema sanitario, intentar salvar a las empresas de este periodo de congelación de la actividad y proteger a los trabajadores que han perdido su empleo
Las presentadas ayer en Bruselas son las recomendaciones económicas más esquemáticas que ha elaborado la Comisión Europea desde que se estableció esta práctica en la zona euro. Lo que Bruselas recomienda al Gobierno son recetas más que razonables: reforzar el sistema sanitario, intentar salvar a las empresas de este periodo de congelación de la actividad y proteger a los trabajadores que han perdido su empleo. Todas las instancias europeas han dado ya pasos concretos en esta dirección, como la suspensión provisional de las reglas de control de déficit y deuda del Pacto de Estabilidad, porque la reactivación necesitará una expansión del gasto. Lo que resulta inquietante es que, frente a la movilización activa de los demás países, que ya han empezado a tomar decisiones claras, el Gobierno no solo no ha hecho nada, sino que algunos de los miembros del gabinete se han dedicado a menospreciar activamente a sectores como el turismo, parte esencial de nuestra riqueza, y ha tomado medidas que lo perjudican enormemente al decretar la obligación de guardar un periodo de cuarentena cuando en el resto de Europa se empezaba a hablar de levantar las barreras.
En todo caso, lo que la Comisión ha dejado meridianamente claro es que lo que hoy son disposiciones excepcionales para permitir grandes niveles de gasto público se mantendrán mientras perdure la emergencia sanitaria, y que estas circunstancias no eliminan la necesidad de profundizar, más adelante, en las reformas para mejorar la productividad de nuestra economía. Y que todo el dinero de las ayudas que sin duda van a llegar de Europa no serán para construir redes de clientelismo subsidiadas, como pretende Unidas Podemos, sino que deberán ser aplicadas en la transformación de la economía. Se trata de generar riqueza, no pobreza.