El Apunte

Fin del símbolo de la burbuja inmobiliaria

Los Chinchorros termina de forma triste para los afectados: doce años después de entregar dinero y sueños, el terreno y los pisos se quedan en el banco

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

La ciudad de Cádiz, incluso la Bahía entera, tiene pocos símbolos abandonados de la explosión de la burbuja inmobiliaria. Hay algunos. Una torres que miran a la Bahía. Unos edificios abandonados que se asoman al Atlántico sobre un cementerio. No tantos como en otras zonas de España porque (ventajas de la limitación geográfica y los bajos niveles de renta) el ritmo de construcción en esta zona fue más bajo que en otros puntos de la costa española. Pero con ser menos, son igual de dolorosos e ilustrativos. Hablan de ahorros perdidos e ilusiones rotas, de malos cálculos de empresas y familias, de optimismo excesivo y expectativas destrozadas. Sobre todo, de usuarios que invirtieron patrimonio, sueldo y ahorros para nada, para quedarse sin dinero y sin piso.

En la capital gaditana, ese símbolo de las fachadas sin terminar, de las torres o las urbanizaciones sin habitar, está en Los Chinchorros. Después de doce años de espera tras pagar entradas sin ver que la construcción acabara, hace un año consiguieron paralizar la ejecución hipotecaria por parte de la entidad financiera que en su día concedió el crédito para la construcción de los pisos en el solar. Sin embargo, ahora, en una segunda ocasión y aunque lo han vuelto a intentar no han podido.

El Juzgado de lo Mercantil comunicó que la petición era denegada y La Caixa se queda con la propiedad de la parcela, así como con los edificios sin terminar. La historia termina con final triste para los afectados, como admitían ayer. Su derrota es definitiva y quizás suponga el cierre de esta época en Cádiz, la de la construcción desaforada (aunque aquí fuera menos) y sus perniciosos efectos finales.

Los Chinchorros iba a acoger en esta promoción 171 viviendas, 78 de ellas VPO y 93 de renta libre. Tras doce años del inicio de la construcción, tendrían que haberse entregado en 2055.

Ya nunca serán y el único consuelo posible para los vecinos de Cádiz es que todos escarmienten en cabeza ajena para evitar que el caso se repita cuando vengan mejor dadas.

Ver los comentarios