Cien días, cien charcos
Actualizado: GuardarPublicaba ayer Laura Garófano un artículo bajo el título 'De charco en charco', hablando del actual equipo de Gobierno local, y la verdad que me planteó varias dudas. ¿El equipo de Gobierno se mete en todos los charcos que encuentra o es que directamente le gusta regar el suelo para formar esos charcos y meterse en ellos, cuales Peppa y George Pig?
Alguno de los charcos me consta que lo han creado para distraer la atención de otros eventos de la ciudad. Me refiero, por ejemplo, a la puesta en escena para recriminar las «amenazas» recibidas por el Ministerio de Hacienda si no se cumplía con los pagos a los proveedores. Fue una hábil jugada para eclipsar el encuentro del Partido Popular que se estaba celebrando en nuestra ciudad contra los ayuntamientos en manos de «gobiernos radicales».
Y les salió bien la apuesta. Nadie se hizo eco de la asistencia en nuestra ciudad de Esperanza Aguirre, Xavier García Albiol o la propia Teófila Martínez. En este caso puedo entender la jugada de encharcar el patio para meterse en él.
Hay charcos a los que los empujan sin remedio, o porque no han medido bien las consecuencias de sus actos. Son los mínimos, y en este grupo estaría el incidente del pasado viernes ocasionado por el ya famoso 'Cumbres'.
Pero en la gran mayoría, sin embargo, es verlos y lanzarse de cabeza cual adolescente desde el puente Canal una mañana de verano. Como, por ejemplo, lo del descubrimiento de América, los viajes a mítines independentistas, el 'saber estar' en actos religiosos de la ciudad. Y es que muchas veces se me plantea la duda de qué necesidad tienen de meterse en áridas discusiones que saben de antemano que no van a llegar a ningún puerto.
Esta semana se nos prolonga el 'charco' de las ninfas, llenando de barro ahora a las ninfas infantiles. Desde nuestro Ayuntamiento se plantea la necesidad de eliminar dicha figura del Carnaval porque hace apología de una hipersexualización de estas menores. Es decir, utilizar un canon de belleza sexual adulto para nuestras hijas, la sexualización de sus expresiones y del comportamiento de las niñas, la ropa, los juguetes, los videojuegos y los objetivos de vida que terminan erotizando su infancia.
¿Pero de verdad había necesidad de meterse en este charco? No era más fácil ser tajantes y explicar que no ven bien que sigan existiendo porque puede dar lugar a la creación de frustraciones en las menores que no salgan elegidas y todos tan contentos. En este charco no solo están implicando a esas menores, sino que salpican directamente a sus padres. Estos padres a los que indirecta, o directamente, se les están presumiendo un comportamiento impropio de la edad sus hijas.
Lo que no me cuadra es que en esa pretendida lucha por la defensa de la mujer en la sociedad actual, en su día se metieran en el charco de quitar el busto de la abogada gaditana Mercedes Formica. La cual, ya en su día, en una España dirigida y creada únicamente por y para el hombre se levantó y luchó por los derechos de esas mujeres, para que no fueran tratadas como simples figuras decorativas.
Artículo aparte se merece el charco creado con la carta abierta de nuestro alcalde al Banco Santander, que dará mucho de qué hablar.
En fin, como dice aquel famoso dicho taurino, «si no sabes gobernar pa que te metes.»
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