el apunte

Los gestos del Ayuntamiento

Acudir a los desahucios y desalojos puede ser un detalle humano pero resulta insuficiente mientras no se afronte un cambio legislativo

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La ciudad de Cádiz vivió ayer su segundo desahucio -en realidad, desalojo- de la etapa de Podemos en el Ayuntamiento. Hubo muchos antes y, por desgracia, aún se verá alguno más pero es el segundo desde que la capital gaditana se declaró «libre de desahucios» según su nuevo gobierno municipal. El hecho de que ayer hubiera que sacar a tres mujeres, con varios niños, del ruinoso edificio número 37 de la histórica y maltratada calle San Juan significa que, una vez más, el Ayuntamiento de Cádiz confunde los gestos con los hechos y la compasión con la gestión. Un grupo de concejales corrió a poner cara de circunstancias en el escenario del conflicto y luego aplicó la misma medida que, sin espectáculos, ponía en marcha el equipo de gobierno anterior: buscar un alojamiento de forma urgente y sin coste para los afectados.

El primer teniente de alcalde soltó luego la ya tradicional perorata. Que si están trabajando en «un protocolo antidesahucios», que es necesario «sumar voluntades» y que quieren evitar los desalojos «en la medida de lo posible». Acabáramos. Como todos los hombres de buena voluntad. La noticia sería que quisiera lo contrario. El problema está en que evitar estos episodios no está en las manos del Ayuntamiento. Puede tratar de paliar sus efectos, atender a los damnificados pero la eliminación de los desahucios, y de algunos desalojos, sólo llegará por vía legislativa. Sólo modificando el marco legal español será posible. Hasta la dirección local de Podemos tuvo que enmendar la plana ayer a su propio equipo de gobierno y recordó que «no es suficiente» con este tipo de gestos. Las declaraciones grandilocuentes estarán muy bien y los abrazos, seguro, los agradecen los afectados pero nada cambiará mientras no se afronte la realidad. Podemos, Ganemos y los que piensan como ellos deben de ponerse a la tarea de cambiar la Ley. El resto es puro teatro.

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