Comedores sin merienda
Antes de poner en marcha una iniciativa y comprometerse hay que tener en cuenta los medios con los que se cuenta para cumplirla
Actualizado: GuardarHan pasado ya más de dos semanas desde que comenzaron las clases de los más pequeños. Dos semanas en los que no ha dado tiempo a cumplir con los «trámites administrativos» necesarios para poner en marcha el Programa de Solidaridad y Garantía Alimentaria (SIGA), el plan que da meriendas escolares a los niños en riesgo de exclusión social. En los colegios de Cádiz y de toda Andalucía, no hay noticia de las bolsas con fruta, fiambre y galletas que la consejera Adelaida de la Calle prometió que mantendría de forma ininterrumpida desde el comienzo de las clases.
EL SIGA es el plan que garantiza las tres comidas al día, que ha continuado durante el verano en los centros públicos y que iba a seguir en período de colegio.
La iniciativa, que se vendió desde la Junta a bombo y platillo, se iba a cumplir a rajatabla, sin errores porque, en este caso, la situación así lo pedía al ser los beneficiarios pequeños en situación desfavorecida. Pero, eso no ha ocurrido. Desde que se pusiera en marcha, parece que dos cursos no han sido suficientes en la Consejería de Educación para articular un sistema en el que no quepan las excusas, la lentitud administrativa, la burocracia liosa o cualquier otra justificación que haga que ahora mismo, hoy mismo, decenas de niños en exclusión en Cádiz no tengan para merendar en su colegio porque «todavía no se tiene el listado».
Nadie pone en duda que este tipo de programas son agradecidos, necesarios, pero lo que también hay que tener en cuenta antes de comprometerse es si se tienen los medios o se cuenta con la infraestructura adecuada para ponerlos en marcha. No se puede anunciar un plan, una iniciativa y que ya en su estreno se retrase. Porque no se habla en este caso de una obra o un proyecto urbanístico, aquí de lo que se habla es de familias necesitadas a las que les urgen las soluciones.
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