El surrealismo se instala en San Juan de Dios

El día a día en el Ayuntamiento de Cádiz empieza a convertirse en una rutina muy peligrosa para la ciudad. Prácticamente a cada momento se conoce una nueva decisión, una nueva situación, que aboca a la capital de la provincia a la parálisis. En buena medida por las utópicas pretensiones políticas del inexperto equipo de Gobierno. Y también por la situación de asfixia a la que le están sometiendo los dos principales partidos de la oposición. Algo lógico y esperado por parte del PP, que ya lo advirtió desde el principio. Pero realmente sorprendente viniendo del PSOE, que olvida que fueron ellos quienes invistieron de alcalde a José María González, siendo corresponsables directos de todas y cada una de las decisiones que este tome. Para bien o para mal.

Sorprende pues que el Partido Socialista critique la decisión de Podemos de cambiar a la directora de la Fundación de la Mujer, o que hable de irresponsabilidad por no aprobar los presupuestos, como adelantaba ayer LA VOZ.

Tanta culpa tiene el PP por no haberlos aprobado antes de las elecciones como Podemos por no ser capaces de sacarlos ahora adelante. Y el PSOE, que -insistimos- fue quien propició el gobierno de Podemos.

Si a todo esto le añadimos que dos concejales han vuelto a ser 'iluminados' por un 'clamor popular' que les dice que la final del Falla debe ser de 16 agrupaciones en contra de la opinión de los propios carnavaleros, que la concejala Ana Camelo no tiene el más mínimo conocimiento del funcionamiento del área que dirige o que el alcalde vuelve a irse a Cataluña a un acto de su partido en medio de tanto despropósito, solo cabe concluir que el surrealismo se ha instalado en el Ayuntamiento. Y que Cádiz corre el serio peligro de convertirse en un hazmerreír.