el apunte

Sin plazas para una demanda que crece

Los padres que necesiten una guardería para sus pequeños y vivan en el casco antiguo de Cádiz simplemente lo tienen crudo

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Una plaza en una guardería, ya sea pública o concertada, se cotiza como el oro en el centro de Cádiz. La desaparición de los últimos centros privados (tan solo va a quedar uno disponible el próximo curso), junto a que únicamente hay una escuela infantil concertada en funcionamiento, complica aún más la conciliación de aquellos padres gaditanos, que viven en el centro y que necesitan de estos recursos porque sus respectivos trabajos simplemente les impiden asumir la tarea de cuidar a sus hijos las 24 horas del día antes de su escolarización.

La desaparición de estos centros podría entenderse en un contexto de envejecimiento paulatino del casco antiguo; un fenómeno que ha ocurrido en la mayoría de las grandes ciudades.

Las parejas jóvenes debían salir del centro e instalarse en el extrarradio por cuestiones simplemente económicas. El metro cuadrado se abarata conforme más lejos esté del epicentro.

Sin embargo, en el caso de la capital gaditana la lista de espera de la única escuela infantil concertada que aún sigue funcionando, confirma que hay una demanda, que va en aumento, y que por tanto hay padres que necesitan de este servicio.

El acceso de las familias a estos recursos repercute en multitud de ámbitos como facilitar que las mujeres (las principales sacrificadas cuando toca desprenderse de un trabajo por incompatibilidad personal y laboral) no tengan que tomar esa decisión que frustre sus carreras profesionales.

Por eso, ahora que hay un alcalde en la ciudad que dice ser un defensor de la conciliación, seguro que arrima el hombro para que el centro de su ciudad no se quede sin guarderías.

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