Teófila Martínez Stadium

Cádiz no es ciudad de luz, amor o carnaval. Cádiz es la cuna del desempleo, entre otros, del periodístico. Será por eso que se escucha que su flamante alcalde ha contratado una periodista de Córdoba para su jefatura de prensa que, como todo el mundo sabe, exige un idilio ideológico entre el que gobierna (el Kichi) y el que cuenta lo que se gobierna (la de Córdoba). Claro, en Cádiz no quedaban, se habían agotado, los plumillas (por lo menos en Loreto, quizás nos quede alguno en Canalejas, espera que llamo). Con estas vainas nos bebemos cada día el refresco de un nuevo titular, suponemos que porque se busca maquillar el estrepitoso fracaso que fue el primer pleno municipal gaditano (incluso los más cariñosos para con PCSSP dicen que han pecado de novatos) o para evitar sesudas analogías sobre Pablo Tsipras cortándose la coleta a la salud de la Troika.

El equipo de gobierno decide lanzar una cortina de humo para coger resuello, tras obstaculizar desahucios de morosos, mandar cartas de apoyo a los hermanos griegos, arriar banderas y alzar otras: ha de cambiarse la nomenclatura al Estadio Ramón de Carranza. Y al Trofeo. Y a la barbacoa.

El concejal de Memoria Democrática, Martín Vila, explica que la sustitución del nombre actual por otro no es prioritaria aunque anuncia la inmediata creación de la Comisión del Nomenclator. Fuentes en absoluto fidedignas confirman a la periodista de Córdoba que el apelativo que más se baraja es el del título de este artículo. Dado que va a eliminarse el nombre del alcalde «franquista» siguiendo la Ley de Memoria Histórica de Fundator Zapaterus Dominatorque Podemus, se denominará al estadio del equipo amarillo con el nombre del mejor alcalde que ha tenido la democracia gaditana: Teófila Martínez. Es admirable la gallardía de alguien con nombre de diestro matador de toros: José María González, el Kichi.

El gobierno municipal no parece conocer la diferencia entre lo importante, lo urgente y lo necesario, y se le nota a leguas. Me temo que el Kichilato irá dando camballás de fracaso en fracaso hasta la moción de censura final. Y esta sospecha la defenderé aquí o en el Nuevo Estadio Manuel de Irigoyen, si es necesario.