Los riesgos del asambleísmo extremo
La democracia representativa está desprestigiada porque muchos responsables políticos han cometido errores y faltas imperdonables, pero como herramienta es imprescindible
Actualizado: GuardarUna de las herencias que dejó el 15M fue la mitificación del asambleísmo. Cualquier acuerdo que se alcance después de un debate sostenido entre la mayor cantidad de gente posible parece mejor que uno cerrado por unos pocos representantes. En muchos casos, esa discusión coral, con un número de intervinientes infinito y, por lógica, con distinta capacidad intelectual u oratoria, puede aplazar una decisión horas, días, meses. Sin embargo, se da por descontado que cuantos más hayan participado, más democrática es el entendimiento, aunque sea torpe, lento.
Esta tara del asambleísmo radical, este desdoro de la representación (que también puede ser democrática y efectiva cuando se realiza con ética, honestidad y rigor) parece haber heredado la criatura política que nació fruto de aquella pacífica revuelta del 15 M, llamada Podemos.
De otra forma, no puede entenderse que sus representantes (más o menos directos) en Cádiz, agrupados bajo la candidatura de Por Cádiz sí se Puede presentara ayer un código ético que glorifica el asambleísmo. Además de suscribir un «contrato» por el que todos los miembros de la lista se comprometen a estar «al servicio de los ciudadanos». Ese manual público incluye la creación de consejos deliberativos en los que grupos de ciudadanos recibirán y discutirán las propuestas presentadas en asuntos en asuntos de competencia municipal. A esa figura, habría que añadir los llamados consejos de barrio.
Por muy noble y bienintencionada que parezca la propuesta, aterra pensar la parálisis en la que puede entrar una administración si debe someter cada decisión a una especie de quorum infinito, de asamblea popular. La democracia representativa está desprestigiada porque los encargados de aplicarla han cometido errores y faltas que espantan a los ciudadanos pero, como fórmula, con dirigentes adecuados, concienciados, es una herramienta imprescindible.
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