Justicia para las almadrabas
La Unión Europea por fin admite lo que todos sabían en la provincia: que es la técnica de pesca más respetuosa con la reproducción del atún, una obra de arte ecológica y marinera
Actualizado: GuardarHan pasado muchos años. Han sido muchas las reducciones injustas que metían a todos los pescadores en el mismo saco. Han sido muchos recortes, que suponían muchos puestos de trabajo perdidos en zonas como Barbate, Tarifa o Conil, donde no sobran, precisamente. Muchos años de espera pero, al final, como dicen los mayores, la verdad siempre se impone. La Comisión Europea de Pesca anunció ayer que encarga un estudio sobre las almadrabas para darle al sector una cuota científica adicional para los próximos tres años. Admite la administración continental que el objetivo es hacer crecer al sector hasta que «sea rentable» y al fin da sello de oficialidad a lo que todos sabemos en la provincia de Cádiz hace muchos años, que se trata de la técnica de pesca «más respetuosa con el medio ambiente y el recurso», además de la que «más empleo genera».
Un maestro, un catedrático del atún como Pepe Melero (alma de El Campero) recordaba hace unas semanas que lo verdaderamente peligroso para la especie, lo que esquilma, es pescar con ultrasonidos y helicópteros, con tecnología que aniquila bancos enteros sin respetar tamaños ni ciclos de reproducción. La almadraba, en cambio, solo atrapa a los ejemplares de más de 30 kilos, los adultos que vuelven de la fase de reproducción, que han completado el proceso, que ya han dejado en el mar la semilla que multiplicará su número para el próximo año.
Además, por su técnica manual, por ser una obra de arte ecológica y marinera, solo es posible capturar a un número de ejemplares diminuto, en comparación con lo que pueden hacer enormes barcos y aeronaves en océano abierto. Que a las almadrabas les permitan 400 toneladas anuales por cada una es un gran paso. Aún dista la cifra de las Dicha cantidad dista de las 764,4 pero supone un avance. Además, las palabras que acompañan a las cifras están, por fin, llenas de respeto y reconocimiento.
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