Qué desastre de consejería

La Consejería de Fomento de la Junta, otrora una de las principales impulsoras del desarrollo económico regional, se ha convertido desde que el PSOE se la cediera al ala radical de IU en un paradigma de la mala gestión. Desde que la ínclita Elena Cortes es titular del departamento no sólo ha paralizado las inversiones en obras públicas, lo cual estaría parcialmente justificado por la falta de recursos, es que ni siquiera invierte en su mantenimiento. Baste un botón de muestra. El Estado dedicará 87,7 millones en 2015 para conservar su red de carreteras en Andalucía, lo que equivale a 24.193 euros año por kilómetro de carretera. La Junta tiene previsto invertir 51,3 millones en los 10.800 kilómetros de vías públicas que gestiona, lo que sitúa la inversión en 4.757 euros por Km/año. El presupuesto para 2015 es un 23 por ciento inferior al de 2014, que ni siquiera se ha podido ejecutar al completo.

La incapacidad del equipo directivo de la Consejería para gestionar un presupuesto de 362 millones de euros ha llevado a las pequeñas empresas del sector al borde de la bancarrota, según ha vuelto a denunciar la pasada semana la asociación empresarial Ceacop. Ni inauguran carreteras ni mantienen las que hay, lo que provoca un deterioro del viario que puede afectar a la siniestralidad. Según expertos del sector, las consecuencias económicas de esta falta de inversiones en la conservación de la red de carreteras pueden ser muy graves, ya que cada euro que no se invierte obliga a gastar cinco en inversión extraordinaria y, en el peor de los casos, 25 en obra nueva.

De las viviendas sociales casi mejor no hablar. No construyen pisos sociales con la peregrina justificación de que para eso están las viviendas vacías de los bancos, como si éstas fueran suyas. Para instalar a las 16 corralas de okupas y simpatizantes de IU y movimientos adyacentes sin han encontrado viviendas, así como para justificar las becas que les han dado a supuestos investigadores universitarios como Errejón, el líder de Podemos, dedicado a contar casas vacías. No contentos con la práctica paralización del sector, al que adeudan 25 millones de euros por obras ejecutadas y no pagadas, han anunciado la puesta en marcha de un nuevo canon que obligará a los constructores de viviendas a sufragar las infraestructuras de comunicación de las futuras promociones. ¿Y entonces los impuestos para que sirven? Para pagar a los directivos de las empresas públicas que hacen que Andalucía sea una comunidad cada día más inviable.

@aybarrapacheco