El día que Spielberg se paseó por Cádiz
Han pasado más de 30 años, pero parece que fue ayer cuando el mejor director de Hollywood recreó en Trebujena el Extremo Oriente
El parecido de las marismas gaditanas con los paisajes chinos que Steven Spielberg quería mostrar en su película ‘El imperio del sol’ permitieron que justo ahora hace 41 años el por entonces director más afamado y popular del mundo se paseara durante algunos días por la provincia de Cádiz.
El director de ‘E.T.’ o ‘Indiana Jones’ , que por entonces todavía no había cumplido 40 años, aterrizó en el aeropuerto de Sevilla el 19 de abril de 1981 y se instaló en un lujoso chalet en la carretera Cartuja desde donde cada día se desplazaba hacia Trebujena, donde se encontraba el equipo de grabación y desde donde el maestro de la ciencia ficción rodó aquellos amaneceres inolvidables que representaban al Extremo Oriente.
El director de Indiana Jones llegó a tierras gaditanas con menos de 40 años, en el mejor momento de su carrera
De hecho, Spielberg atravesó la marisma liderando un gruipo de trailers, grúas y jeeps hasta llegar a Trebujena. Sin duda, aquello fue todo un espectáculo para un pueblo que por aquellos entonces vivía completamente del campo.
Al más puro estilo español, y recordando a la película de Berlanga ‘Bienvenido Mr. Marshall’ , al director americano lo recibieron con una gigantesca pintada en la entrada del pueblo que le daba la bienvenida con un ‘Welcome, Mr Spielberg’.
Las preciosas imágenes con el sol de fondo impresionaron a Spielberg, pero mucho más a John Baker , el responsable de los efectos especiales de la cinta que, tras enamorarse de Isabel, una guapísima trebujenera, decidió quedarse en tierras gaditanas, y aquí sigue más de un cuarto de siglo después.
Las marismas del Guadalquivir se convitieron en el Shanghái ocupado por los Japoneses durante la Segunda Guerra Mundial
Así, las marismas del Guadalquivir se convirtieron en el Shanghái ocupado por los japoneses durante la Segunda Guerra Mundial. Spielberg estaba buscando localizaciones en Oriente Medio y en África, pero en un documental sobre aceites descubrió a Trebujena, que acabó venciendo al resto de candidatas.
El rodaje duró un mes y medio, tiempo durante el cual los jornaleros en paro de Trebujena pudieron encontrar un empleo mejor remunerado y menos pesado. El estreno mundial de la película, en agradecimiento a los extras, tuvo lugar en el Cine Jerezano.
Lo que mejor habla de los paisajes de las marismas de Trebujena es que el filme no es recordado por su historia, por Christian Bale o John Malkovich (los protagonistas), ni siquiera por Spielberg, sino por aquel maravilloso atardecer trebujenero que quedará para siempre en las retinas de los amantes del séptimo arte.
