Aula de Cultura de ABC
Isabel San Sebastián: «El Camino de Santiago es un momento fundacional de España»
La autora explicará los secretos sobre la recreación medieval de su novela «La peregrina» en el Aula de Cultura de ABC
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Isabel San Sebastián se ha convertido en una peregrina por los caminos de la Historia. En su última novela «La peregrina» (Plaza & Janés) rescata a la protagonista de su libro «La visigoda» para recuperar el desconocido camino primitivo al sepulcro de Santiago. La escritora y columnista de ABC hablará este martes sobre su novela y ese momento fundacional de cierta idea de España en el Aula de Cultura de ABC, dirigida por Francisco Robles y que patrocinan CajaSol y la Real Maestranza de Caballería. La cita es hoy a las 20 horas en la sede de la Fundación Cajasol en la calle Chicarreros.
En «La peregrina» aborda el origen del camino de Santiago, uno de los hitos de la historia de Europa. ¿Por qué elige este momento histórico?
Porque es el momento refundacional o fundacional, según se mire, de la nación española. Yo tiendo a pensar que es refundacional, porque algo muy parecido a la nación española existió en época del reino visigodo. Unión territorial, una capital, una única ley, única moneda, una idea de España que cantó san Isidoro de Sevilla. En la aparición del camino de Santiago, en el reinado de Alfonso El Casto, se recupera esa idea de unidad territorial bajo una corona y una misma fe.
¿Ha escogido ese tema con intención cuando España se desarticula?
Bueno, yo empecé a tratar este tema hace doce o catorce años con «La visigoda». A mí la nación española como hija de la tierrra vasca me ha interesado mucho. Me siento muy española como hija de un diplomático que me enseñó a amar a mi país desde la distancia. Siempre me he sentido muy patriota. Además, el camino de Santiago era un hito determinante que me parecía muy novelable y necesario. Fue el primer fenómeno global de la Historia. Treinta años después de la aparición del sepulcro ya llegaban peregrinos procedentes de Viena. Esto, en la Alta Edad Media, era un fenómeno global de una trascendencia y de una rapidez astronómica. Y hoy, 1200 años después, sigue siendo un fenómeno global que crece de año en año. Merecía la pena novelarlo en este momento en el que, efectivamente, la nación española atraviesa un momento bastante crítico.
Recupera la peregrinación que hizo Alfonso II El Casto donde se mezclan lo legendario y la crónica histórica. ¿Cómo ha transitado una periodista por ese mundo fronterizo?
Con mucho placer. La parte que más me gusta de escribir una novela histórica es precisamente la documentación. Hay que entretejer la base histórica con la ficción literaria, porque una novela sobre todo tiene que entretener y después, si deja un poso de conocimiento, pues mejor. Sabemos que el rey fue a Santiago porque ese viaje está recogido en un documento, pero hay mucha leyenda. Había que mezclar el conocimiento y la imaginación. Una es novelista y periodista y cuando novela se puede permitir hacer incursiones en el terreno de la imaginación.
También hizo el itinerario de Santiago recuperando el camino primitivo. Hay una sensación de fatiga muy real en la novela...
No lo hice entero andando, algunos tramos iba en coche porque me había roto tres meses antes los ligamentos del astrágalo del pie derecho y me dolía a rabiar. Llevaba en la mochila, aparte del recado de escribir -como la protagonista Alana-, mi agenda, mi bloc y mis rotuladores para tomar notas y un bote de reflex. Pero sí, precisamente los dolores de los que habla Alana en la novela son muy reales. Hay algunas etapas, el capítulo cuarto que se titula «Las murallas de Dios», que refleja casi literalmente la etapa llamada de los hospitales. Es de una belleza sobrecogedora, dieciséis kilómetros de montaña en los que sólo se ve montaña agreste. Hay etapas de bosque en las que caminas por calzadas romanas rodeadas de hayedos y de castañales y robledales llenos de musgo. Realmente te trasladas al siglo noveno. No cuesta ningún esfuerzo de imaginación ponerse en situación.
Ese camino primitivo es, por cierto, menos conocido.
Sí, es el menos transitado y en consecuencia es el que mejor conserva su espíritu primigenio, ese espíritu agreste, salvaje que otros han perdido. Es el más auténtico.
En la novela se descubre una arqueología de la mirada porque hay lugares muy cambiados: zonas sumergidas en pantanos, autopistas donde había senderos...
Sí, por eso, al final de la novela yo incluyo notas históricas para que el lector sepa qué parte de lo que cuento está contrastado históricamente y qué parte deriva de la tradición. Y una miniguía de viaje para que los lectores se animen a hacer el camino de Santiago, el camino primitivo.
Y hablando de paisaje, ¿qué valoración hace de la nueva cartografía política surgida tras las elecciones?
Ha sido una rebelión de la España de los balcones, porque las elecciones andaluzas han sido en clave nacional. Los andaluces se han rebelado contra el pacto del PSOE de Sánchez con el separatismo, con el golpismo y la extrema izquierda. Han dado un zapatazo en la mesa los españoles orgullosos de ser españoles. Los que sacaron la bandera a sus ventanas se han fragmentado en tres partidos que van desde el centro hasta la derecha más radical. Ahora les toca a esos tres partidos demostrar que son capaces de priorizar la idea de España, la democracia y la Constitución sobre sus propios intereses de partido. Ahí se van a jugar su futuro. Y al PSOE andaluz le toca hacer una reflexión sobre hasta qué punto está dispuesto a secundar la aventura enloquecida de Sánchez.
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