Los peliculeros: La producción de Jona

Otra pirueta de Jona desde la escena. En nada se parece a la obra anterior. Trabaja bien esa parcela. Estos peliculeros vienen a pintar de colores lo que tu ves negro. Elige el personaje que mejor te venga, dicen en una presentación que suena de maravilla.

Bonita música la que que trae este año su autor para esta nueva apuesta. A ellos no les importa conseguir el óscar carnavalero, se conforman con cantarle a Cádiz por febrero. Muertos de rabia y de sed. De envidia, lujuria, de placer. Muertos en el olvido mientras su historia se muere con él. Muertos de miedo y de frío. Diferentes formar de morir en este segundo. «Que al marcharme nadie nos diga, ahí va otro idiota que ha muerto en vida», remataban. Bien llevado y construida esta segunda letra.

A las múltiples personalidades de su hermano el primer cuplé. Trabalenguas en un bonito estribillo. A las cartas bombas fue el segundo. Una carta con una bomba de chocolate le llegó al alcalde. Simpático este último.

Cierran su pase con un popurrí muy cuidado en lo músical, donde estos cómicos desarrollan la idea con cuartetas comprometidas y con el tipo siempre de fondo. Directores que con pistolas nos están esperando. Las cloacas del estado, un monarca en el exilio, el armamento a Ucarania...Esas son las tomas falsas de la sociedad. La gente buena como protagonistas de la vida. Las formas siguen intactas. La producción de este año es menos gaditana en el contenido, aunque la escena recuerde a comparsas del pasado.