El secreto del líder: jugar con cuatro extremos

En Valdebebas sonríen con el silencio de los secretos, o de los corderos, cuando escuchan que el Real Madrid es un equipo defensivo. Benítez plantea un esquema con cuatro extremos , dos puntas y dos laterales, y le llaman «amarrategui». En la casa blanca el único amarrategui es el balance de goles en contra: tres dianas, las tres en Liga. Keylor es un dique de contención .

Invicto en el campeonato español y en la Champions, imbatido en la competición europea, el conjunto blanco suma 21 tantos en el torneo nacional al cabo de nueve partidos y otros seis en el continental después de tres jornadas de la liguilla. Y le denominan defensivo. Veintisiete aciertos en doce encuentros, con un promedio de 2,3, y le llaman al líder «destructivo». En Italia, a Benítez le calificaban de loco por irse al ataque y obtener estas cifras. En España le pusieron un cartel desde antes de estrenarse con el Real Madrid y no se lo quita ni aunque marque diez goles por partido. A Florentino Pérez le importa poco ese cartel, sino la eficiencia de su entrenador fichado. Afirma que es «el mejor entrenador que he tenido».

El secreto de ese doble éxito, ofensivo y defensivo, del Real Madrid, es su capacidad de sacrificio táctico para convertir a los extremos en laterales y a los laterales en goleadores. Es ese relevo constante de Lucas Vázquez con Danilo y de Jesé con Marcelo el que ha definido la desorientación del PSG y del Celta en los dos últimos envites de la temporada.

Lucas Vázquez ha taponado la banda derecha en ambos partidos y, sin dejar de dar goles, como hizo con Cristiano en el 0-1 de Vigo, ha permitido a Danilo subir y firmar el 0-2 a pase del extremo zurdo del esquema, Jesé. Y el delantero canario esperó atrás, en la media, cuando el lateral más creativo de la Liga, Marcelo, ascendió al ataque por enésima vez y rubricó el tercer gol de la victoria en Balaídos.

Ese es el secreto del líder, contar con cuatro jugadores que se relevan, dos por cada banda, y rompen al enemigo. Nolito no se enteró de Danilo y el brasileño fue un estilete. Falló otro gol tras marcar el 0-2. Marcelo fue un extremo constante. Orellana pasó de marcarle.

Extraño comportamiento el de las estrellitas del Celta, Orellana y Nolito, que solo atacan. El Real Madrid exige a sus delanteros bajar y tapar. Por eso juegan Lucas Vázquez y Jesé. Quizá la diferencia entre el grande y los demás es que se viste de grande y trabaja como un peón.