Sánchez prefiere los aplausos a que sus diputados cumplan las normas de aforo del Congreso
El presidente del Gobierno justifica la actuación de su grupo en «la voluntad de crear una dinámica de encuentro en el debate público» y Meritxell Batet calla ante la flagrante vulneración de la norma
Tercera ovación al jefe del Gobierno, Pedro Sánchez, por parte de los suyos en una semana. La primera fue el paseíllo a su llegada al Consejo de Ministros el martes de la semana pasada; la segunda, al día siguiente cuando los diputados de las bancadas socialista y podemita estallaron en un aplauso cuando puso pie en el Congreso; y la tercera ayer repitiendo escenario, aunque para ello sus diputados tuvieran que vulnerar los límites de aforo establecidos por los portavoces .
Los socialistas decidieron organizar un «lleno total» de su bancada cuando, como máximo, puede asistir la mitad de cada grupo parlamentario. El portavoz de Ciudadanos, Edmundo Bal, pidió la palabra a la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, para quejarse por la vulneración socialista tanto del aforo como del decreto de nueva normalidad solo para «atronar» con su aplauso. «Difícilmente vamos a hacer cumplir las normas a la gente si nosotros no las cumplimos cuando las aprobamos», censuró. Pero Batet se cruzó de brazos y ni siquiera reprendió a la bancada socialista . La tercera autoridad del Estado se refugió en que el Reglamento no le permite prohibir el acceso de sus señorías al pleno y subrayó que los diputados socialistas portarían mascarilla durante la sesión. Instantes después, el secretario general de este grupo, Rafael Simancas, aseguró haber comunicado previamente a la Mesa que su grupo asistiría al completo .
El nuevo baño de multitudes del jefe del Gobierno tan solo un día después de que la EPA revelara la destrucción de un millón de empleos , y en la misma semana en que se han disparado los rebrotes y las pérdidas del sector turístico, levantó ampollas tanto en los rivales como en los propios socios del Gobierno. El presidente del PP, Pablo Casado, reaccionó con dureza y advirtió al jefe del Ejecutivo que «no hay nada que aplaudir» ni «ningún paseíllo que hacer» y le acusó de vivir «en una realidad paralela». «Que venga a corrillos y aplausos y ceremonias de autobombo no muestra lo que tienen, sino lo que les falta», denunció.
«¿No le da vergüenza?»
Para el líder de la oposición, un jefe de gobierno sustentado en tan solo 120 escaños debería desplegar «menos arrogancia y más humildad» ante el «drama» que está viviendo el país en tres ámbitos: el social por los fallecimientos, el laboral por la sangrante destrucción de empleo y el sanitario por la proliferación de los rebrotes.
Por todo ello, exigió a Sánchez que ponga fin a su «triunfalismo ofensivo» y se ponga «a trabajar» en un plan para la recuperación del empleo y el control de los rebrotes. Además, le instó a ser buen diplomático y no organizar baños de multitudes tras una negociación europea porque «se lo cobrarán» cuando vuelva a Bruselas.
Por su parte, el líder de Vox, Santigo Abascal, preguntó a Sánchez: «¿No le da vergüenza vivir en un paripé permanente?» y advirtió que la violación del aforo es una «irresponsabilidad» que contrapuso al confinamiento decretado a los españoles.
Entre los socios de investidura, el portavoz de ERC, Gabriel Rufián, pidió al líder socialista «menos apluasos y más explicaciones» mientras el portavoz adjunto de Bildu, Jon Iñarritu, declaró su «sorpresa» por la nueva ovación al presidente. El diputado del BNG, Néstor Rego, cargó contra el «triunfalismo» del líder socialista y el portavoz del PRC, José Antonio Mazón, le instó a bajar los ánimos ya que las ayudas europeas «no se acercan ni de lejos a las necesidades» del país.
Sánchez defiende su ovación
El jefe del Gobierno negó la mayor y defendió los aplausos recibidos. Según aseguró, no fueron una expresión de triunfalismo sino un «reconocimiento» del éxito colectivo . Pero a pesar de esta mutualización, la bancada socialista solo ovacionó a Sánchez. El jefe del Ejecutivo también argumentó que los aplausos reflejaban «la voluntad de crear una dinámica de encuentro en el debate público».
No es la primera vez que sus señorías vulneran las normas de aforo, pero nunca antes se había cometido una violación tan flagrante , llenando completamente la bancada.
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