Claves de Latinoamérica

Puerto Rico sale de su peor momento

La isla ha parado la rápida caída de población y del empleo y vuelve a crecer económicamente, tras un ciclo de quince años muy negativos

Imagen de archivo de una caravana electoral en San Juan en 2020 EFE

Emili J. Blasco

Las curvas en los gráficos del Banco Mundial son elocuentes cuando se examinan los indicadores del número de habitantes, ocupación y desempleo y también crecimiento económico de Puerto Rico: la isla parece haber cerrado un ciclo de pronunciado declive , cuyo comienzo puede marcarse en 2005.

Ese año muchas empresas marcharon de allí al terminar un periodo de exención fiscal de veinte años otorgado por la Administración de Ronald Reagan para ayudar al desarrollo industrial puertorriqueño. Luego llegaron la crisis financiera mundial de 2008, varios desastres naturales como el huracán María de 2017 y la pandemia de2020. Con todo ello, la deuda pública llegó a un insostenible 101%, como recuerda el gobernador de este Estado Libre Asociado de soberanía estadounidense, Pedro Pierluisi, en una conversación cuyos contenidos más políticos ABC ya publicó días atrás.

La población de Puerto Rico se mantuvo varios años estable por encima de los 3,8 millones de habitantes , pero en 2005, coincidiendo con aquella marcha de empresas y el clima de reducción de expectativas laborales que suponía, comenzó a descender notoriamente año tras año desplomándose hasta los 3,1 millones en 2018. Aunque el territorio no esté plenamente integrado en EE.UU., pues no es un estado más de la Unión, la en cualquier caso compartida nacionalidad estadounidense facilita que, ante el menor descenso del nivel de vida en la isla, la gente marche en busca de progreso sobre todo a la Costa Este , donde muchos cuentan con una amplia red familiar de migraciones previa. El confinamiento de la pandemia, pero también la percepción de un mejor clima económico, han detenido la hemorragia demográfica, y los tres últimos años el número de habitantes se ha mantenido estable.

Una evolución similar se observa en cuanto al crecimiento económico. En 2005 Puerto Rico comenzó a empalmar, un ejercicio tras otro, un continuado descenso del PIB de cerca del -2% al comienzo y que superó el -4% en 2018. En 2019 la economía salió de los números rojos, pero la pandemia supuso en 2020 un retroceso del -5%. Con un incremento del PIB en 2021 del 3% –una diferencia de ocho puntos respecto al año anterior, como gusta recalcar Pierluisi–, Puerto Rico puede haber comenzado la senda,de un ciclo económico positivo, o al menos eso aseguran sus autoridades.

El desempleo alcanzó en 2021 un mínimo histórico, con el 6,8%, por lo que puede decirse que ha superado su peor momento

El hecho de que el desempleo, que en 2005 empezó a escalar rápidamente hasta alcanzar el 16,1% en 2010, haya caído en 2021 al 6,8%, un mínimo histórico ( con una participación laboral del 44,7% ), puede indicar que efectivamente Puerto Rico ha salido de su peor momento. La eliminación de la enorme carga que suponía la deuda pública constituye, desde luego, una buena garantía.

Dependiente de la Reserva Federal estadounidense, y por tanto sin banco emisor propio que pueda aplicar una política monetaria adaptada a las necesidades de la isla , Puerto Rico tuvo el hándicap de quedar a una mayor merced de la crisis financiera internacional, aunque con el amortiguador del respaldo del poder federal: no cayó en una bancarrota efectiva (si bien formalmente lo hizo en 2017), pero su endeudamiento llegó a niveles especialmente altos. Un plan financiero federal para ayudar a pagar gran parte de las obligaciones ha reducido la deuda al 50%, según Pierluisi.

La expectativa de una mejora económica puede ayudar a que la cuestión del estatus de Puerto Rico puede abordarse de modo más definitivo. En la consulta popular celebrada en 2020, el 52,5% de quienes votaron apostaron por la estadidad (la integración plena en EE.UU.), pero ese camino tiene que ser despejado por el Congreso estadounidense, y hasta la fecha éste nunca ha mostrado disposición a seguir esa vía.

Hoy, en cualquier caso, Puerto Rico ya no presenta para Washington el interés estratégico que en su día tuvo . Una manifestación de esto es el cierre en 2003 de la importante base militar de Roosevelt Roads, en la localidad de Ceiba, y de las amplias instalaciones en la adjunta isla de Vieques. El desarrollo como parque empresarial, turístico e inmobiliario de ese amplio terreno, así como la posibilidad de su explotación como aeropuerto aeroespacial, servirá de termómetro del nuevo desarrollo que dice esperar Puerto Rico.

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