Integración social

Las peticiones de ayuda a Cáritas durante los peores meses de la pandemia aumentaron un 43%

La asociación aumentó su inversión en más de medio millón para dar servicio a más de 16.000 personas

Anuncio Mouriño, director diocesano, alertó del efecto de la pandemia en colectivos vulnerables como los sintecho o víctimas de trata

Jesús García, delegado episcopal, y Anuncio Mouriño, director diocesano, en la presentación de la Memoria 2020 Aldara Diéguez

R.G

La crisis económica y social ha dejado «cicatrices profundas» en la ciudadanía más vulnerable. En la presentación de la Memoria de Cáritas durante el año 2020, celebrada el 2 de junio, la asociación alertó del aumento del 43% en las solicitudes de ayuda que Cáritas recibió durante los peores meses del año de la pandemia. En total, las personas atendidas fueron 16.744.

La adaptación de la asociación a la situación sanitaria fue sin duda uno de los escollos más duros a la hora de realizar su labor social. Tanto es así, que el 36% de los voluntarios tuvo que cambiar su actividad principal para poder atender de forma segura a las familias.

El perfil de persona que acude a Cáritas es variado, siendo la mayoría mujeres (54,73%) españolas (58,37% frente al 33,85% de personas extracomunitarias) y de edad comprendida entre 35 y 49 años (el 28,55%). El 23,65% de los ayudados por Cáritas son menores.

Anuncio Mouriño, director diocesano, destacó la presencia elevada de personas que ya habían recurrido a Cáritas con la crisis del 2008, habían salido de su situación precaria, y han vuelto a caer en ella con la llegada del coronavirus. « En 2008, la gente tenía colchón . En esta pandemia, no. Había una resaca de la crisis anterior. Eso es un problema que agrava lo que sucede», explicó. « Entre un 20-30% » corresponden a esta categoría. «A la gente le cuesta mucho petar en la puerta de Cáritas», porque «siente vergüenza». «Cuando uno sale, cambia su vida...» volver es «realmente terrible».

Crece la solidaridad

En el lado positivo, con la llegada de la crisis también aumentó la solidaridad. Los presupuestos aumentaron en más de medio millón de euros gracias a «muchísima gente, voluntarios, empresas...». Las ayudas para necesidades básicas, entre otras, aumentaron en un 47% . Las de Emergencia-Crisis subieron un 9% con respecto a 2019.

Esto ha permitido aumentar el gasto. En total, Cáritas destinó el pasado año más de 7 millones de euros en su labor social. En atención primaria, se destinó un 14% más , en personas vulnerables, un 12%; para aquellas sin hogar, un 10%; en formación y empleo, un 8% a mayores que en 2019 y en programas para la mujer, un 4%. «El objetivo era que nadie quedara sin atender, y eso sí que lo logramos», destacó Mouriño, «desde comida hasta alquiler».

Mouriño destaca la dificultad para pagar el alquiler y recibos de energía, donde el gasto de la asociación aumentó un 147,6% durante los primeros 5 meses del año. El director cree que esta problemática «no se va a arreglar porque mucha gente no será capaz de solventar su situación económica».

Los más vulnerables

La pandemia ha sido especialmente dura para varios colectivos. Las personas mayores que vivieron aisladas , por una parte, y aquellas que no pudieron adaptarse al cambio tecnológico, por otra, puesto que la brecha digital se convirtió, según el director diocesano, «en un factor de exclusión ».

Las personas sin hogar sufrieron un mayor impacto con la aparición de la Covid-19, según Mouriño, puesto que «se dificultó o imposibilitó el aislamiento y el acceso a espacios de higiene. Dormir en la calle o en espacios temporales expuso a un alto riesgo de contagio a las personas sin hogar».

Los colectivos vulnerables centraron también la actuación de la asociación, ya que atendieron a 6.658 personas . En este grupo se encuentra el colectivo gitano, refugiados e inmigrantes, que para Mouriño son los más afectados. «Los que no tienen papeles son los más vulnerables. Con la crisis, han caído todos, porque son personas que no pueden acceder a ningún soporte ».

Otro colectivo extraordinariamente vulnerable es, según Mouriño, las mujeres víctimas de trata . «Antes sabíamos donde estaban, había control sanitario, anímico, económico», pero con la pandemia, la prostitución «se tapó» , desplazándose a los pisos. «Acompañar a estas mujeres es muy complicado». Cáritas trabaja con víctimas de trata desde el Centro de la Mujer Vagalume, en el que atienden a 200 trabajadoras.

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