John Lydon ya no se hace PiL en el escenario
El que fuera «Juanito el Podrido» tocó con su referencial grupo de post-punk Public Image Limited en la madrileña sala Joy Eslava. La figura amenazante y desagradable de antaño resulta, a sus 60 años, un personaje entrañable y divertido
John Lydon cuenta en sus memorias que jamás fue infantil, que no entendía por qué los otros niños eran tan sentimentales y lloricas. En clase solía quedarse con la mirada clavada en un punto fijo para desesperación de sus profesores, que le consideraban un psicópata. Logró que le echaran pronto, por supuesto. Para el conflictivo chaval todo eso era pura diversión . Y, posteriormente, hizo de tocar las narices su modo de ganarse la vida, de alguna manera. El bocazas mayor del reino fue la clave de bóveda de los Sex Pistols y luego se sacó de la manga Public Image Limited, banda que ayer pasó por Madrid cosechando una gran entrada en la Joy Eslava, con escasa presencia femenina y bastante extranjero entre un publico en el que dominaba el color negro. Pocos cursis había por allí.
El joven Lydon odiaba el infantilismo, y ayer le vimos sobre el escenario con una bata de colegial customizada, en donde sobresalía una buena panza, poniendo caras siniestras y alucinadas, haciendo quiebros con la voz para intentar dar miedo y marcándose unos bailecillos de robot arrebatado por espasmos a lo que añadía cierto toque hooligan (vaya mocazos/proyectil lanzó por la nariz). Es como un personaje de cuento de terror... para niños, mucho más entrañable que amenazante. «This is PiL» fue lo primero que dijo el cantante para lanzarse con «Double trouble», canción perteneciente a su último álbum.
El que fuera Johnny Rotten, personaje inspirado en Ricardo III, es una de las figuras fundamentales de la historia de la música popular. Si, con los Sex Pistols, «Juanito el Podrido» se inventó el punk al aprovechar una fortísima recesión económica en Inglaterra para introducir el caos, la insolencia y la desesperanza en la sociedad vía pildorazos pop (« No ha habido nada con la determinación, puntería y clarividencia de los Pistols »), después en 1978 fundó PiL, grupo referencial del post-punk con maravillas como la estridente « Death disco » o la irónica «This is not a love song», alargada esta última para la ocasión con unos coros casi gospel, o «Rise», con la que ayer logró el momento cumbre del concierto poniendo a bailar al gentío con ese «Anger is an energy» que se canta al final en modo mantra.
El show acabó con todo el público coreando «Fuck off, Fuck Off» a las órdenes de un Lydon que hacía el paso militar jocosamente . Poco antes había sonado «Religion» y «I'm not satisfied». El artista tiene 60 años, se declara constantemente una persona muy feliz y la ira que le movía antaño nunca fue lo esencial. La diversión, sí. Y cursiladas, las justas.
El concierto de PiL estuvo inserto en el ciclo Son Estrella Galicia.