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Invertir en sostenibilidad: la oportunidad de la década

Ana Rivero, Responsable Global de Estrategia de Mercado y ASG de Santander AM, analiza las claves para aprovechar las oportunidades que abren las profundas transformaciones sociales y económicas que estamos viviendo

La sostenibilidad ha dejado de ser un segmento nicho para convertirse en la principal forma de inversión en Españ a. Según el último estudio sobre inversión responsable de SPAINSIF, los flujos hacia fondos de inversión sostenibles han superado por primera vez a los fondos tradicionales en 2020 en nuestro país, confirmando que la incorporación de factores ASG (Ambientales, Sociales y de Buen Gobierno) a nuestras inversiones es a la vez una demanda de los inversores y un esfuerzo de adaptación de la oferta por parte de las gestoras de activos.

Ana Rivero, Responsable Global de Estrategia de Mercado y ASG de Santander AM

Si bien el grueso de las temáticas o enfoques abordados por las gestoras están centrados en el aspecto climático (la A de la ASG), no hay que perder de vista el auge que están teniendo también las inversiones sociales (S), especialmente en el ámbito de la renta fija. Las emisiones de bonos sociales crecen por encima de las emisiones de bonos verde s, aunque aún representan una parte del mercado de bonos sostenibles poco desarrollada, dominada en general por los emisores públicos y supranacionales.

La implementación de políticas de recuperación y transformación económica post Covid, fundamentalmente centradas en la transición energética y el alcance social, va a acelerar aún más la transformación de la oferta de fondos, impulsada a su vez por la llegada del reglamento de divulgación de sostenibilidad en Europa (SFDR) . Y es que, además de la necesaria participación y liderazgo de las finanzas públicas en esta transición, se hace cada vez más evidente la necesidad de que sea la iniciativa privada quien complemente, incluso de forma mayoritaria, los movimientos de flujos de capitales hacia aquellas compañías y regiones que avancen en sus planes de transformación al calor de estas nuevas políticas verdes y sociales.

Así, mediante la medición de los factores ASG en los activos invertibles (acciones, bonos, fondos), podemos tener una visión completa de la evolución y situación en términos sostenibles de nuestra cartera de inversión, establecer estrategias sostenibles determinadas y avanzar hacia la siguiente derivada: la inversión de impacto.

El mundo necesita acción climática, pero también necesita acción social. Favorecer a aquellos emisores que estén alineados con los ODS y que, además, sepan dirigir sus negocios hacia posiciones de liderazgo competitivo, reduciendo riesgos de transición e incrementando su transparencia, debería ser una estrategia central en las carteras de inversión en esta década, aquella que nos lleva hasta 2030, cuando gobiernos, sectores e incluso ciudadanos podremos hacer una evaluación (esperemos que muy positiva) de los progresos alcanzados desde la cumbre de París en 2015. Las oportunidades de inversión que tenemos por delante son históricas.

Uno de los compromisos más valientes que estamos adoptando en las gestoras de activos es la adhesión a Net Zero Asset Managers. Bajo esta alianza, nos comprometemos a descarbonizar nuestras carteras de aquí a 2050, con estrategias intermedias evaluables en plazos anuales y quinquenales, que van a requerir de esfuerzos importantísimos en términos de recursos y, sobre todo, van a transformar la forma de medir la rentabilidad de una inversión. Los índices de referencia tal y como los conocemos cambiarán, tendremos benchmarks en la industria alineados con los compromisos del Acuerdo de París que, aunque ahora son minoritarios, acabarán siendo centrales en esta década. El alineamiento en general de las principales gestoras de activos internacionales con esta iniciativa es completamente transformador e impulsará una nueva forma de abordar las comparativas entre fondos, las mediciones de performance (que además del financiero incluirán también el performance climático en función del cumplimiento de objetivos de descarbonización), y veremos incluso nuevos rankings más completos, más transparentes, con un protagonismo importante de los datos ASG de los fondos.

Las oportunidades que se abren son enormes. Como en cualquier otro momento revolucionario en la historia, de este tipo de transformaciones profundas económicas y sociales surgen fuertes vencedores y quedan por el camino aquellos que no han sabido adaptarse o no lo han hecho bien. El mercado irá premiando aquellos que lideren, aquellos que avancen en su transformación, aquellos que sean parte activa y eficiente de la transición . La selección de activos donde invertir en cada momento, sentido y misión de las compañías gestoras para optimizar rentabilidades en función de su riesgo esperado, va a cobrar cada vez mayor protagonismo.

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