Iglesias redobla su esfuerzo por consolidar la alianza de la izquierda y el independentismo como eje de poder

El vicepresidente segundo mantiene reuniones con ERC y Bildu para engrasar su apoyo a los Presupuestos

Pablo Iglesias en el Congreso de los Diputados EFE

Pedro Sánchez se servirá de la presencia de Pablo Iglesias en el Gobierno para engrasar y acelerar el proceso de blanqueamiento y normalización de las relaciones con EH Bildu. Un camino que los socialistas ya habían decidido emprender pero que se muestra en toda su crudeza en el proceso de negociación de los Presupuestos Generales de Estado para 2021 .

El vicepresidente segundo del Gobierno se reunirá hoy con los portavoces de ERC, Gabriel Rufián , y EH Bildu, Mertxe Aizpurura, en el Congreso de los Diputados para enfilar la negociación presupuestaria. Estos contactos discurren en paralelo con los iniciados por la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, con todos los grupos parlamentarios. Así, en apenas unos días, dos vicepresidentes del Gobierno de España se sentarán con voluntad de negociar con la formación heredera de Batasuna. Los contactos entre Iglesias y Otegui son estables , y solo falta la reunión con luz y taquígrafos entre ambos para consumar la normalización.

Este último aspecto, a raíz del suicidio del etarra Igor González por el que Sánchez mostró su pesar en el Senado, ha entrado de lleno como moneda de cambio en la negociación de las cuentas públicas. En el día de ayer, los portavoces de EH Bildu, PNV, ERC, JpC, CUP, Más País, BNG, Compromís, Geroa Bai y Més per Mallorca realizaron una declaración conjunta sobre el suicidio de González en el que apuntan que «el Estado debe velar por la vida de las personas privadas de libertad». Y solicitan al Gobierno «el fin de la política penitenciaria de excepción» para dar paso a una política penitenciaria «adaptada al nuevo tiempo» y que esté basada «en los objetivos de normalización, pacificación y construcción de la convivencia que demanda la sociedad vasca».

Una alianza duradera

Iglesias está plenamente en sintonía con estos planteamientos. Y el propio PSOE ha dado ya pasos en esa dirección. Con lo que la cuestión se convertirá en eje central de la negociación. Las reuniones que hoy celebrará Iglesias vienen a consolidar como, por ahora, su tesis política se ha impuesto en el seno del Ejecutivo . Una concepción del tablero político y del Estado que pasa por la alianza duradera y estable de la socialdemocracia, la izquierda alternativa que él representa y los independentismos de todo signo. A los que no se les pide pedigrí izquierdista, porque de ellos interesa la vocación disgregadora de la estructura del Estado.

El líder de Podemos actuará así en labores de engranaje de unas alianzas que en estos momentos penden de un hilo. Bildu reivindica su espacio con exigencias muy concretas y ERC sigue demandando la convocatoria de la mesa de diálogo entre el Gobierno y la Generalitat. En La Moncloa siguen «disponibles» y trasladan la responsabilidad de que no haya cita todavía a las divisiones en el independentismo. «No parece que se pongan muy de acuerdo» , trasladan fuentes de la presidencia del Gobierno.

Iglesias hará un primer trabajo de aproximación asumiendo un cometido en la negociación presupuestaria que en principio no estaba previsto. Pero sus temores a que el PSOE encaminase, como efectivamente estaba haciendo, el pacto presupuestario hacia un entendimiento con Ciudadanos le hicieron irrumpir en la negociación.

En la parte socialista del Gobierno ayer se dio luz verde a las reuniones que iba a mantener Iglesias, pese a que pueden entenderse como una intromisión en los cometidos de la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, y la portavoz y ministra de Hacienda, María Jesús Montero. Precisamente las dos fueron las protagonistas ayer del Consejo de Ministros. Ambas pusieron matices, pero dieron su visto bueno a las gestiones de Iglesias. Calvo quiso dejar claro que «los Presupuestos, como en todos los gobiernos del mundo, los tiene que hacer la ministra de Hacienda como es lógico». Pero en última instancia dio su aprobación. «En este Gobierno ningún ministro ni ningún vicepresidente actúa por su cuenta y todos los ministros y todos los vicepresidentes tienen iniciativas, y ambas cuestiones son compatibles», dijo por su parte Montero. A la portavoz le pareció «perfecto» que cada miembro del Gobierno pueda aportar su «granito de arena».

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