HISTORIA
La historia olvidada de la navegación gallega
La exposición itinerante de 'Inventio Mundi' llega a Santiago de Compostela
Partieron de Galicia cuatro expediciones con el fin de crear una ruta comercial con las islas Molucas

El pasado martes la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad de Santiago de Compostela acogía 'Inventio Mundi', una exposición sobre la tan invisibilizada historia de la navegación gallega . Lejos de abordar la totalidad de nuestra tradición navegante, el proyecto expositivo se centra en el siglo XVI, cuando Galicia se convierte en plataforma de salida de una serie de expediciones importantes . La actividad corre a cargo del Consello da Cultura Galega (CCG), con la colaboración de la Secretaría General de Emigración.
Para conocer esta particular historia tenemos que ser conscientes del contexto gallego antes del siglo XVI. «No había cultura de navegación» , sentencia Ofelia Rey, comisaria de 'Inventio Mundi'. Galicia por aquella época era un territorio con una amplia costa, pero sin tradición navegante. Hasta entonces era una potencia pesquera de bajura , que se hace dentro de la ría. «Todo lo que estaba más allá, lo que llamaban en Galicia “o mar de fora”, era un peligro tremendo». Al contrario, Andalucía tenía una situación ideal para esto. De hecho, «no será hasta el siglo XVIII, cuando Ferrol se convierte en Capital del Departamento Marítimo, que empieza a haber una construcción naval de cierto nivel». Un hecho coherente teniendo en cuenta los factores climáticos y la dificultad que podía suponer para un barco de madera partir desde las costas gallegas , por culpa de la corriente del Golfo de México, que devolvía las embarcaciones a nuestras tierras.
A pesar de esto, y de las pocas concesiones marítimas de la Corona de Castilla, Galicia se las arregla para hacerse un hueco en la actividad navegante. La vuelta al mundo de Magalhães y Elcano descubre una nueva ruta para ir a las islas Molucas (la de las especias) sin tener que pasar por los territorios adjudicados a Portugal en el Tratado de Tordesillas (1494). Así, el regreso de Elcano deja entrever un acceso occidental a estas islas, que abre una vía comercial directa. Sin los portugueses de por medio, C arlos V autoriza una serie de expediciones desde Galicia para establecer un vínculo económico con América. La Coruña se erige de manera natural como centro de operaciones para estas exploraciones marítimas. «Se construye en la ciudad la Casa de la Especiería, porque en 1520 los poderosos de Galicia se lo habían exigido a Carlos V», dice Ofelia Rey. «Ese momento es fundamental para Galicia, es la implicación en una empresa muy importante».

Izamos velas
El plan inicial es realizar cinco expediciones, aunque al final sean tan solo cuatro . La primera de las expediciones sale de La Coruña, tratando de buscar una vía que llegase a las islas Molucas, pero no por el sur, sino por el norte. «Se pensaba que si había un paso por el sur, que era el que había descubierto Magalhães, también debía haber uno por el norte». Los barcos se dirigieron a la costa actual de EEUU y la recorrieron intentando encontrar allí un paso, naturalmente no lo encontraron. Aún con el fracaso marcado en la frente, la expedición dejó un legado cartográfico importantísimo , porque se vino con el conocimiento de la costa norte de América, que para los europeos era muy desconocida. La segunda, y la más grande, fue la de García Jofre de Loaysa. «Salió en 1525 y es de la que se esperaban más cosas, pero el desastre fue total. Murieron muchísimos hombres y el resto volvieron en unas naves de retorno a la Península, en vista de la terrible dificultad de pasar por el estrecho de Magalhães. Es en esta expedición donde muere Elcano», cuenta la comisaria de la exposición.
Las otras dos restantes siguen la senda de las primeras, siendo un fracaso económico en toda regla . La cuarta, en concreto, sella de manera definitiva el fin del comercio con las islas Molucas . Como consecuencia, el cierre de la Casa de la Especiería es inminente, y la relevancia marítima que estaba adquiriendo Galicia se desvanece. Lo que arrastró al ostracismo esta serie de viajes fue su finalidad inicial. «Estas expediciones, como también fue la de Magalhães, eran expediciones que estaban destinadas a una finalidad económica, estaban organizadas casi siempre con capital de grandes comerciantes o de grandes inversores que buscaban una salida económica buena, como era, por ejemplo, el mercado de las especias. Organizarlas era una cosa muy difícil y muy costosa». Y eso, junto a los otros intereses colonialistas del Imperio español, hizo que hoy en día haya que defender su importancia cartográfica y cultural. «Se acabaron abandonado las expediciones porque tuvieron su momento histórico y lo perdieron, ya no tenía mucho sentido» , explica Ofelia Rey.
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A partir de 1572, y hasta 1764, Galicia no pudo tener contacto con América . En 1764 se le da permiso a La Coruña para negociar directamente con La Habana y con México; y luego en 1767 con Montevideo y Buenos Aires. Dos siglos de letargo para un territorio que comenzaba a despegar en el sector naval, pero que rápidamente fue cortado de raíz. A día de hoy, la didáctica iniciativa de “Inventio Mundi” quiere pararse a recordar los nombres propios, su relevancia y la herencia de unas expediciones históricas . No es sino una excusa más para seguir considerando a Galicia, hija de marineros.
'Inventio Mundi' nace como conmemoración del quinto centenario de la salida de la expedición Magalhães/Elcano, la primera circunnavegación del planeta, pero se convierte en un relato itinerante para enseñarle a los gallegos el papel que juega Galicia en el proceso de globalización. La exposición ya ha pasado por el Museo de Pontevedra; Museo del Mar de Galicia, en Vigo; Fundación Barrié, en La Coruña; y el Departamento Marítimo de Ferrol, entre otros lugares. También se puede ver online. Ahora se encuentra en Santiago de Compostela , que será su morada hasta el 23 de junio, cuando levantará las anclas para zarpar al siguiente destino.
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