Andrew Cuomo, la estrella que surgió de la epidemia
El gobernador de Nueva York, demócrata, se convierte en uno de los rostros más familiares de EE.UU.
Hasta quince veces tuvo que repetir la misma palabra Andrew Cuomo , el gobernador de Nueva York, cuando su hermano, el presentador de la CNN Chris Cuomo, le preguntaba si iba a presentarse a presidente, si lo consideraba, si lo había pensado, si cambiaría de opinión en el futuro. «No», «no», «no», respondía sin inmutarse el responsable del estado más golpeado por el coronavirus, convertido en una figura nacional por su gestión de la epidemia.
Cuomo es uno de esos presidenciables que aparecen en las quinielas en cada ciclo electoral, pero ni siquiera en su estado era muy querido. La crisis y el papel protagonista de Nueva York, el epicentro de la epidemia, le han convertido en un rostro familiar en todo el país.
Cuomo aparece cada día en rueda de prensa. Habla claro, explica el problema, repite el diagnóstico y dibuja las soluciones. Lo mezcla con el lenguaje tranquilizador de un padre de familia y con la socarronería del italoamericano de barrio. No le duelen prendas por mostrar cada mañana los datos de contagios, hospitalizaciones y fallecidos. Es algo que Donald Trump, en su comparecencia diaria se niega a hacer. Los datos de la epidemia son el elefante en la sala de prensa de la Casa Blanca, donde las comparecencias duran muchos días más de dos horas pero no se dice el incremento de contagios o fallecidos.
La gestión de una catástrofe suele impulsar a las autoridades que la lideran. Ha ocurrido con los gobernadores de los estados más afectados (Gavin Newsom en California, Gretchen Whitmer en Michigan o Jay Inslee en Washington) y Cuomo no es una excepción: el 87% de los neoyorquinos aprueba su gestión de la crisis.
Incluso el propio Trump ha dicho que Cuomo sería mejor candidato que Biden , más un ataque al ex vicepresidente que una loa al gobernador, que hace equilibrios entre críticas y alabanzas al presidente para conseguir la asistencia federal que necesita. Que Cuomo emerja como candidato de consenso frente a Biden en medio de una crisis es una quimera. Que su papel ahora sea el mimbre para una carrera presidencia en 2024 es, sin embargo, una opción real.
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