Marc Recha cierra la competición con un filme que cabe en un tuit

Hoy se fallan los premios, con «Truman», «Los caballeros blancos» y «Amama» como favoritos

Marc Recha cierra la competición con un filme que cabe en un tuit AFP

OTI RODRÍGUEZ MARCHANTE

En una feria canina igual ve uno un Chihuahua que un San Bernardo, y a los dos se les considera perros, y en un festival de cine el tamaño entre los ejemplares es en ocasiones tan diferente o más y también se les llama películas. Luego está la perspectiva, pues un Chihuahua a una cuarta de la nariz es mucho más grandote que un San Bernardo allá a lo lejos. Cómo comparar la interpretación tan cercana del niño Roc Recha , todo rostro y frescor, en la miniatura de su padre, Marc Recha , titulada « Un día perfecto para volar », con la aparatosa y lejana presencia de Johnny Depp en « Black Mass », una película de ladrido bronco en la que encarna a un gánster tan violento e implacable como aquel primer minuto de Mike Tyson nada más salir de toriles.

Marc Recha ha traído al festival la película tuit, una idea expuesta en poco más de un centenar de caracteres. Pero la idea no es pequeña: el vuelo de la imaginación de un niño, o tal vez el vuelo por atraer hacia sí algo o alguien perdido; como un no resignarse a echar de menos, un pulso a la realidad con el más cercano utensilio para doblegarla, la invención. Como todo el cine de Recha, «Un día perfecto para volar» está horneado de paisaje y sensación, y transcurre en ese tiempo frenado, como si le pusiera la suela a la rueda que mueve la historia. No hay nada más, paisaje y sensación, en el universo del rostro del chiquillo, y un pequeño volteo final que cambia, por decirlo de algún modo, los títulos de crédito: no hemos visto una película filmada por la cámara de Marc Recha, sino por la cámara interior de su hijo Roc. Ni más ni menos.

Queda el palmarés

Con este título de Recha y el canadiense « Los demonios » y el chino «Regreso al norte» termina el cine a competición del festival. Ya sólo queda encajarlo en un palmarés. La película china, de Liu Hao , era justo lo contrario de un tuit: alargaba hasta casi romperla una historia interesante filmada, además, con un gusto exquisito por la imagen y los sentimientos para atrapar también una sola idea, la de las «familias perdidas», que así se llaman en China a las que, teniendo la obligatoriedad de un solo hijo, este muere y la familia se convierte en una calle cortada. Con una máquina cortacésped « Regreso al norte » hubiera sido un filme asombroso en vez de un filme tedioso.

Y «Los demonios» de Philippe Lesage quiere exponer tantas ideas que deja en la pantalla una tela deshilachada sobre la infancia y sus miedos, la adolescencia y sus pesares. Se le desenfocan los demonios que quiere explorar y va y viene por ellos, por las diversas tramas de los personajes, sin dejar una frase clara e inteligible que leer allí.

El jurado no tiene mucho entre lo que elegir para el palmarés; en realidad, no hay mucho más que « Truman », « Los caballeros blancos », « Amama » y las interpretaciones de Ricardo Darín o la deslenguada Karin Viard en «21 noches con Pattie».

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