A la caza del concursante (im)perfecto

Parte del éxito de «Gran Hermano», «¿Quién quiere casarse con mi hijo?», «Adán y Eva» y «Gandía Shore» reside en el «casting». Sus responsables descubren cómo llegan hasta estos personajes

A la caza del concursante (im)perfecto

h. cortés/j. Villuendas

Son minas de oro andantes. Personajes anónimos, en su mayoría, que solo necesitan una oportunidad para mostrar al mundo su singularidad, retorcimiento, ingenuidad, ridiculez ... lo que sea. Ylenia de «Gandía Shore» , el chino-vasco de «Un príncipe para Corina» (en general todos los «tróspidos», esos personajes casi caricaturizados que tienen el sello de la productora Eyeworks) o «grandes hermanos» como Nicky, el Yoyas, Aída Nízar, Fresita... Estos diamantes en bruto necesitan ser descubiertos .

Y aquí entran en juego la experiencia y el buen ojo de los responsables de «casting», que deben ser originales y valientes en la búsqueda de las futuras estrellas fugaces. Su labor es crear monstruos... de la pequeña pantalla .

«El proceso comienza con una llamada telefónica, después se rellena la solicitud y se sigue con una entrevista personal a la que deben llevar un vídeo en el que cuenten cómo son», explica Pepa Álvaro, directora de «casting» de «Gran Hermano» , que este año se ha enfrentado a casi 60.000 solicitudes. Después hay una nueva fase presencial, en la que los redactores realizan nuevos encuentros, pruebas de cámara, vídeos e incluso se les pide una redacción autobiográfica (con, seguramente, inconmensurables hallazgos que tan infeliz como comprensiblemente nunca verán la luz ).

El examen

Criba tras criba llegan a la fase final, donde realizan una entrevista en profundidad, se realizan test médicos y psicológicos (pruebas que también pasan en la versión VIP) e incluso están un día con un redactor, en aras de encontrar un nuevo Íñigo o Kiko Hernández .

En programas como «Gandía Shore» el proceso es similar. Las omnipresentes entrevistas son fundamentales, «y a partir de ahí se va descartando y eligiendo a los personajes, pensando en la idoneidad como individuos y también como parte del grupo », subraya Laura Abril, vicepresidenta de marcas jóvenes y música de MTV para el sur de Europa, Oriente Medio y África.

¿Quién no conoce a alguien que daría muchísimo espectáculo en un «reality» con sus extravagancias? A algunos les vendrá a la cabeza un amigo que es un auténtico personaje, el severísimo profesor de Filosofía del colegio o quizá nuestra propia madre. Este sistema es uno de los muchos que emplean en la productora Eyeworks, encargada de programas como «Adán y Eva» , a punto de empezar su segunda edición en Cuatro, y « ¿Quién quiere casarse con mi hijo? », que han dado a la televisión personajes tan memorables como Coman o el clan de los Mateo.

Trampolín a la fama

Esta cantera inagotable de estrellas televisivas no solo surge de solicitudes que envían por teléfono o conocidos, sino también de las redes sociales e incluso de la búsqueda directa de concursantes en la calle. Sí, los redactores de estos programas acuden a barrios castizos, gimnasios y tiendas para conseguir « gente con cosas que contar, o madres e hijos con una relación muy estrecha », explica Marta Machuca, coordinadora de «casting» de «Adán y Eva» y subdirectora de «¿Quién quiere casarse con mi hijo?», que subraya que en el caso del «reality» de citas al desnudo el proceso se complica porque « aún hay mucho pudor» y se presentan «muchos más chicos» .

Y aunque cada programa haga las cosas a su manera, en esencia coinciden en lo que quieren: heterogeneidad y personalidades únicas . Mientras en «Gran Hermano» se busca «la emoción», ya que el concursante perfecto ni existe ni les gusta, sostiene Álvaro, en la factoría Eyeworks se busca gente «que contraste y transmita verdad.

En las segundas ediciones siempre vienen con un discurso que creen que nos va a gustar , y eso se nota, así que nosotros siempre les animamos a relajarse y mostrarse como son, ya que ahí puedes descubrir algo maravilloso», mantiene Machuca. En cambio, en «Gandía Shore» se trazó un perfil inicial de los personajes que querían.

« Buscábamos gente joven, abierta, físicamente atractiva y con personalidades fuertes y marcadas , a la que le gustara disfrutar y divertirse», recuerda Abril. Y lo mejor de todo, como siempre ocurre, es que «muchas veces la realidad supera la ficción», añade la responsable del espacio que, tras descartar Ibiza, parece que viajará a Mykonos en su próxima edición. Además, en programas como «Gran Hermano», siempre hay un punto de «magia e incertidumbre» : la química que se genera entre los participantes o habitantes de la casa.

Líneas rojas

Aunque esta libertad y búsqueda de lo original también tiene sus condiciones. ¿Puede entrar alguien con antecedentes penales? «No», contesta Abril. ¿Qué límites se ponen en la selección de los participantes? «Hay líneas rojas que marcan los psicólogos, deben ser personas estables emocionalmente, no violentos , otra cosa es que las circunstancias de la casa causen alguna respuesta agresiva, pero entonces son amonestados y expulsados», responde Álvaro. Lo mismo ocurre con casos muy dramáticos en Eyeworks, donde prima el «humor blanco». En MTV los límites los marca «el sentido común y la ética y civismo normales» .

Pese al trabajo que generan y la dificultad, los «casting» son parte esencial de un «reality», o al menos así lo consideran sus responsables. «En la grabación y la edición puedes potenciar cosas del «casting». Pero la selección es como un diamante en bruto que se pule más tarde. Si alguien no es muy televisivo por mucho que lo edites no dura todo un programa », subraya Machuca. Abril resume esta filosofía en una frase aún más lapidaria: « Ellos son el "reality" ».

A la caza del concursante (im)perfecto

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación