Las televisiones en el mundo: la relatividad de un punto de cuota de pantalla
El 20 por ciento de «share», o tres millones de espectadores son un éxito en España. En el Reino Unido los líderes suelen acumular el 40 por ciento de su audiencia total: más de diez millones de espectadores
2012. Una delegación empresarial china hace una visita a una región española. Los empresarios, del sector envase, se llevan a los asiáticos a disfrutar de las viandas y vinos de la tierra. El hielo queda partido en varios pedazos al mismo ritmo que las botellas se vacían.
Uno de los empresarios chinos se interesa por el volumen de ventas y el mercado potencial de la que es una importante empresa en la región. Cuando el empresario contesta, el chino pone rostro de perplejidad: «¿Ese es todo vuestro mercado?», pregunta antes de aclarar que en su país nadie hace esfuerzo alguno si no es para un mercado mínimo de 50 millones de personas .
Las magnitudes son relativas. Y en televisión, también. El «prime time» del miércoles volvió a dar la victoria a «La Voz». 2.885.000 personas siguieron las aventuras y desventuras de cantantes y «coaches» . Un éxito magnífico.
En la NBC americana casi rodaron cabezas la semana pasada cuando el mismo programa tropezaba por segunda semana consecutiva con sus principales competidores. Los 1 1 millones de espectadores que le habían hecho ocupar la segunda posición del ránking, bajaban a 10,5 en la presente. Nada que hacer frente a los 13,4 millones que prefirieron «Dancing with the stars» en la ABC.
Es obvio que la magnitud no es comparable. Son 325 millones de habitantes frente a algo más de 47. La fragmentación de la audiencia es la gran característica de la TV en ese país.
Por relativizar un poco más, el espacio de televisión con mayor audiencia del mundo fue, como no, la gala de año nuevo chino. Y eso que este año han perdido 10 millones de espectadores. CCTV declaraba una audiencia de 690 millones de espectadores . Es decir, de los 1.369 millones de chinos, cerca del 50 por ciento estaban frente al televisor.
El fútbol como reclamo
Ni siquiera en audiencia relativa, el fenómeno es comparable a España. 16.255.000 de espectadores (el 81,5 por ciento de la audiencia total) siguieron en España el que pasa por ser el espacio más visto hasta la fecha: los penaltis que superó España ante Italia poniendo un punto de inflexión en la historia de nuestro fútbol que se traduciría después en dos Eurocopas y un Mundial. Ni siquiera la final del Mundial congregó a tanta gente frente a la pantalla.
Si bien es cierto que el porcentaje de audiencia es prácticamente del 100 por 100, comparado con la población total de nuestro país, se queda muy lejos del éxito chino, apenas un 30 por ciento de los españoles vieron aquel partido.
En Estados Unidos, Super Bowl 2015 atrajo a 114,4 millones de personas , más o menos un 30 por ciento de la población total. Salvo este evento, en general la dispersión es la característica principal de la audiencia en aquel país, donde un punto de «share» (reparto de cuota de pantalla, es decir, del número de espectadores totales frente al televisor) es una barbaridad, dada la cantidad de opciones que los espectadores tienen en su mando a distancia.
Así pues, pese a que en volumen de espectadores la cuestión demográfica deja las cifras españolas en aparentemente ridículas, lo cierto es que España es uno de los pocos países de Europa -un entorno más similar demográfica y culturalmente al nuestro- donde se alcanzan cuotas de pantalla superiores al 20 por ciento . Sólo en Italia se da un escenario similar, las cadenas dominantes son la RAI y Canale 5 (primohermano de nuestra Telecinco, propiedad ambas de Mediaset). Sus cifras anuales rozan a duras penas el 20 por ciento.
En Francia, fuera de la televisión pública el reparto de espectadores lleva a las demás a celebrar «shares» por encima del 10 por ciento.
En Reino Unido, los 13 millones de espectadores que otorgan, millón arriba, millón abajo el liderazgo de audiencia nocturna (cierto que en ocasiones bastan cinco) son, sin embargo cerca del 50 por ciento de la audiencia.
Las cifras de «share» dependen, lógicamente, del número de espectadores totales. España, pese al evidente duopolio televisivo y las aparentemente bajas cifras de audiencia de los canales TDT , el punto de cuota de pantalla es muy caro, toda vez que la audiencia se reparte casi al 40 por ciento entre dos canales y se dispersa en cifras menores al 5 entre todas las demás cadenas.