Karra Elejalde: «Yo no quiero más Goyas»
Estrena «A Esmorga» y empieza a rodar «Ocho apellidos vascos
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El reto era tan mayúsculo como su sinceridad: después de convertirse el epítome del vasco-vasco, Karra Elejalde estrena «A Esmogra» la adaptación de la novela de Eduardo Blanco Amor, rodada íntegramente en gallego.
-¿Qué se siente al ser el único no gallego del reparto?
-Pensaba que el peor actor de Galicia lo iba a hacer mejor que yo, pero mira. No he aprendido a hablar gallego, he aprendido a hacer mi texto; como supongo que a Pierce Brosnan no le enseñan a esquiar, sino a esquiar ese cachito. Tuve varios coach y la metodología fue como oír canciones, que te acabas sabiendo la letra sin hacer el hecho voluntarioso de estudiar, así que me obsesioné con mis 110 frases. Quedé contento porque los filólogos me decían que era el mejor. A pesar de todo fue una película muy dura, pasamos ocho ciclogénesis explosivas más la lluvia artificial que te caía congelada; imagínate fonetizar. Ha sido muy físico y nosotros somos cincuentones, de andar en peleas por el suelo, revolcarse. Es difícil interpretar bien cuando estás tan jodido, pero en mi caso el 70% del reto era el gallego.
-¿Conocía la novela de Blanco Amor?
-No, porque mira, es que este hombre era republicano, mariquita, fotógrafo, amigo de Lorca y escribía en gallego; un montón de hándicaps para ser lo contrario que le pasó a Cela. Cuando la leí me quedé helado, es un monólogo increíble. La adaptación ha sido la leche. Allí es un libro que está en el imaginario colectivo, y en Orense hasta hay una ruta de la Esmorga en azulejos.
-Este rodaje coincidió con el estreno de «Ocho apellidos vascos».
-Por eso me fue prácticamente imposible participar en la promoción, porque en «Esmorga» los tres actores estábamos prácticamente en plano y no podíamos salir.
-Está rodando ahora mismo la segunda parte, ¿sueña con repetir el éxito?
-Si me preguntara «¿le gustaría que le dieran un Goya el año que viene?», le diría que no quiero. Hay dos amigos a los que quiero mucho, Antonio de La Torre y Eduard Fernández, y llevo dos años que me los dan a mí. En España es muy común que te suban enseguida y te bajan igual. Yo ya fui el de «Airbag», ya tengo el culo «pelao» porque ahora soy el de «Ocho apellidos» y dudo que haga una película que haga tanto ruido. Pero hasta yo digo, «oye ya está bien de Kobe Bryant» y quiero que gane otro. Trabajar ya es la leche, que te nominen es el copón, que te lo den es pornográfico, pero ya es demasiado. Quisiera que el año que viene me dejen tranquilo un poco, porque me da miedo cuando las cosas van demasiado bien. Soy feliz, pero desde que se estrenó no puedo ir a un bar a partir de las diez de la noche a tomarme un gin tonic, porque no te para de venir gente «Oye Karra, oye Karra», joder, ¡dejadme en paz! Y eso el que no viene faltón. Te pasas la vida deseando el éxito pero luego eso comporta una pérdida de calidad de vida. Estoy agradecido al momento y a la moda, pero no me creo nada.
