Calabria: no hay poesía en la mafia

El director, Francesco Munzi, confiesa que todo el mundo le advirtió que no sacaría nada bueno de la película

Calabria: no hay poesía en la mafia

bárbara ayuso

En su segundo largometraje, Francesco Munzi se introduce en lo más oscuro de la mafia calabresa, a través una familia desestructurada compuesta por tres hermanos vinculados al tráfico de drogas. «La 'Ndrangheta' supone la colisión entre el mundo arcaico y el mundo moderno», explica el director.

No hay poesía en la Mafia. Tampoco épica, ni mucho menos romanticismo. Así lo sintió Munzi cuando llegó a sus manos la novela «Anime nere» de Gioacchino Criaco, que se introducía en una familia mafiosa, si cabe aún más oscura que las pertenecientes a las más célebres Camorra o Cosa Nostra. «Lo que me impactó de esta historia fue que se adentraba en la 'Ndrangheta', una mafia no tan conocida pero no menos peligrosa, que lleva controlando la zona de Calabria desde hace décadas», explica el cineasta.

Al principio, trató de llevar el relato desde las páginas a la pantalla con un documental, pero en cuanto pisó la punta de la bota italiana cambió de parecer: «Estaba haciendo una historia de ficción, sin citar nombres ni apellidos, pero los habitantes del pueblo, al ver que no estaba haciendo una investigación, se abrieron y logré trabajar con ellos de una forma que exigía ficcionalizar algunas cosas», explica. Munzi recuerda que el principal obstáculo fue el pavor a las consecuencias. «Todo el mundo me advertía que si rodaba allí no iba a sacar nada bueno. Casi abandono el proyecto. Pero después descubrí que no solo se podía, sino que había un mundo que tenía ganas de contarse, aunque esté lejos de ser un cuento de hadas y princesas».

De hecho, en «Calabria» predomina la oscuridad, los secretos y la atmósfera atosigante de esta región meridional, en sintonía con otros títulos como «Gomorra» de Roberto Saviano, impulsados por un deseo de desproveer a la Mafia del elemento mitificador habitual en la cinematografía: «Se le sigue dando un tratamiento romántico en series y películas , como una imagen ganadora al crimen», se lamenta.

«Yo trato de enfocar el crimen con todas sus consecuencias, de luto, de dolor y de sufrimiento. La realidad mafiosa es mucho más compleja de lo que solemos ver, y el bien y el mal están mezclados», explica. Así, el hilo conductor de la película se divide en tres frentes, personalizados en los tres hermanos que toman una actitud diferente ante el crimen. «Mi intención era hacer equilibrio entre los tres. Quería aproximarme a ellos no como criminales, sino como personas», asegura. Un cuento sin héroes ni villanos, pero que deja un reguero de perdedores a su paso.

Consulta aquí la ficha de la película

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