De Hollywood a dormir en el coche: la dura historia de un guionista de cine

Todd Farmer, autor de los libretos de películas como «Jason X» y «Furia ciega», relata cómo su vida y carrera tocaron fondo

De Hollywood a dormir en el coche: la dura historia de un guionista de cine bad ass digest

p. pazos

«Esta es una historia de Hollywood. No es glamurosa como son la mayoría de historias de Hollywood . A muchos no les gustará. A muchos no les gustará siquiera que esto pueda ocurrir en el Hollywood de hoy en día (...). Pero esta historia es una realidad y sospecho que es más común de lo que muchos de nosotros querríamos admitir».

En un raro arranque de sinceridad, el guionista Todd Farmer se sincera con un texto desgarrador, que publica la web BadAss Digest , y cuyo título es revelador: « De Hollywood a sin techo ». Farmer, autor de los libretos de filmes como « Jason X », « Furia ciega » y «San Valentín sangriento», relata cómo su vida y su carrera tocaron fondo cuando la segunda de esas cintas, protagonizada por Nicolas Cage y Amber Heard , se dio un batacazo en la taquilla.

Irónicamente, comenta Farmer, ese filme recaudó en su primer fin de semana 5,1 millones de dólares y fue tildado de fracaso... cuando «Jason X», su primer trabajo, abrió con 6,6. La diferencia, por pequeña que sea numéricamente, resultó brutal. Después de trabajar de forma constante, aunque con los acostumbrados altibajos (una montaña rusa) propios de la labor de guionista, desde 1996, a partir de 2011 el escritor se encontró con la nada más absoluta .

A raíz del fracaso de «Furia ciega», describe, «algunas reuniones que se habían organizado previamente se pospusieron y nunca se reorganizaron. Esto ocurre. El reparto y el equipo y los estudios mueven ficha, el guionista y el director asumen el golpe ». Dicho con palabras más crudas, también suyas: «lentamente el festín se convirtió en hambruna». El teléfono de Farmer dejó de sonar y el traslado de su exmujer con su hija a Tennessee no hizo sino complicar aún más las cosas.

Su nuevo hogar, su coche

Abrumado por las deudas, incapaz de colocar un guión, Farmer empezó a trabajar en una empresa de servicios postales y acabó aceptando un trabajo a tiempo completo, de 7 de la mañana a 4 de la tarde, en el servicio de atención al cliente de una firma de automóviles. Pero aún no había golpeado las rocas del fondo: esto ocurrió en 2014, cuando incapaz de afrontar los alquileres abusivos de Los Ángeles no le quedó más remedio que dormir... en su coche .

«Durante mucho tiempo no se lo dije a nadie. No solo estaba avergonzado sino que a Hollywood le gusta contratar éxito. Pero no era tan malo. Tenía un coche. Y un Prius es mucho más espacioso de lo que podrías esperar. Pero mido 1,88. Dormir es un desafío », relata el guionista, que pronto se topó con la ley. La ley que prohíbe dormir en el coche en el condado de Los Ángeles. Ahí es donde Farmer relata cómo aprendió a elegir los mejores barrios para pasar desapercibido y a dejar las ventanillas ligeramente abiertas para que su respiración no las empañara... y le delataran ante la Policía.

En ese compendio de miserias surgió otro: atender necesidades tan primarias como ir al baño . Farmer consigue convertir en divertido un triste relato sobre cómo acabó encontrando el lugar más idóneo en la sección de muebles de cierto centro comercial, hasta que halló la solución definitiva en un gimnasio que le costaba 10 dólares al mes: podía ducharse e ir al servicio, y estirar su espalda, maltrecha por dormir en un coche.

Punto de inflexión

Tras una fiesta con amigos de la que huyó entre lágrimas, incapaz de escuchar cómo los demás hablaban de sus proyectos, las cosas empezaron a mejorar. «Una vez escuché a un guionista decir que no podía escribir por todo el drama que había en su vida. Pero el drama es lo que nos hace grandes . La universidad no nos convierte en escritores. La experiencia vital sí», sentencia Farmer.

«Y el mundo siguió moviéndose. Hacia el final del año [2014] tenía suficientes trabajos como escritor para sustituir mis ingresos de 7 a 4», cuenta el guionista, que pudo trasladarse a Tennessee, junto a su hija. «Cerca de ella mi escritura explotó. Ahora estoy más ocupado que nunca. Escribo películas, series y libros y me pagan por escribir. No, no he vendido el guión del millón de dólares . Pero nunca lo dejé. Nunca me rendí. Nunca dejé de escribir. Los escritores escriben. Soy un escritor», cierra Farmer.

Y añade: «Ahora también duermo en una cama».

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