Los secretos de los nuevos decorados de «Cuéntame cómo pasó»
San Genaro crece esta temporada con 2.000 metros cuadrados de nuevos decorados
San Genaro ha llegado a 1983 repleto de tiendas y bares, vertebrados por la nueva Avenida del doctor Roberto Cairo, en honor al fallecido actor. El barrio de «Cuéntame cómo pasó» en el que han vivido durante quince años los Alcántara han ido creciendo al ritmo de sus protagonistas, y lo que en un día fue un retrato de la Transición concentrada en la casa de los Alcántara, el bar, la iglesia y la peluquería, hoy incluye decenas de locales . Más de 2.000 metros cuadrados de nuevos decorados que el equipo de arte de Roberto Carvajal y Fernando Navarro, cicerones de este viaje, se encarga de desarrollar.
El recorrido comienza en la Avenida Roberto Cairo, donde el nuevo parque da paso a la Juguetería Maya –«en honor a los míticos dibujos animados», explican–, en cuyo escaparate destacan los Cocodrilos tragabolas y los míticos Juegos Reunidos Geyper . Entre los comercios destaca también la tienda de electrónica –donde se venden Compact-disc y la Spectrum–, la panadería, el taller, la ferretería, la agencia de viajes, que ofrecía cruceros a unos españoles que ya no se conformaban con veranear en Benidorm e incluso un videoclub, reliquia en nuestra época. Detalles que pasan desapercibidos para el espectador, pero que devuelven a los ochenta a aquellos atentos a la minuciosidad que caracteriza la serie.
También hay una oscura bodeguita, «en la que los canallas alternaban con chavales jóvenes que empezaban a malearse», comentan Navarro y Carvajal, y la reformada peluquería de Nieves. Como 1983 fue año de elecciones autonómicas y municipales, los carteles de AP, CDS y PSOE y PCE copan los muros de la Avenida del doctor Roberto Cairo , en la que hay aparcados varios Renaults y alguna que otra Vespa.
En dos grandes naves cobran vida todos los interiores de la serie, desde la Iglesia de San Gernaro hasta la casa que comparten Ramón y Miguel – una curiosa mezcla de símbolos falangistas y películas picantes – pasando por el inalterable piso de los Alcántara, uno de los platós más veteranos de la serie. «Ha sido más difícil encontrar mobiliario de los ochenta que de los setenta, porque debido a la moda vintage la gente aún compra muchas cosas de la época para usarlas », puntualizan los decoradores, que añaden que a veces son los propios espectadores los que donan sus muebles y objetos. Lo único que ha cambiado en la casa familiar es la habitación de Mercedes, mucho más femenina tras la marcha de Antonio, y la habitación de María, donde destacan los póster de la «Súper Pop».
Mención aparte merece la casa de Nuka , que incluye un estudio de fotografía y un taller de pintura –no hay que olvidar que 1983 es el año de la primera visita de Warhol a España–. Maniquíes, lámparas psicodélicas, cuadros abstractos y fotografías, algunas de ellas reales y cedidas por la fotógrafa Mariví Ibarrola, completan la decoración.
En unos pasos concluimos el viaje en la bodega (con la eterna Olivetti en su despacho) y la casa familiar de Sagrillas. La magia de la televisión.
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